*** Ya tienen su museo comunitario, son 500 familias que viven de la artesanía del mármol.
*** Trabajan por igual hombres y mujeres, la intención es hacer de este lugar un atractivo para el turismo.
*** Se aprovecha, dicen las artesanas, desde la piedra más pequeña hasta la más grande.
*** Esta es una zona marmolera y hay muchas piedras de todos colores, todas se transforman.
Cadereyta, sus comunidades y delegaciones tienen mucho para sorprender no sólo a los propios queretanos que no conocen las entrañas de este municipio, su cultura, sus tradiciones, gastronomía, artesanía y desde luego el calor de la gente que a diario se levanta con la esperanza de un mundo mejor… La Secretaria de Cultura Marcela Herbert Pesquera, conoció y reconoció el trabajo de los artesanos de la comunidad de Los Juárez, quienes trabajan el ónix y el mármol esculpiendo bellas piezas artesanales y algunas alcanzan el grado de artísticas.
Acompañada la funcionaria estatal del alcalde Miguel Martínez Peñaloza, acudieron al Museo Comunitario del Mármol, donde la funcionaria estatal reconoció el trabajo que hacen mujeres y hombres al ser creadores del patrimonio y por salvaguardar el oficio de labrar estás piedras, con las que realizan diferentes artesanías.
“El trabajo de las y los artesanos es de gran relevancia, porque a través de un oficio se involucran en el arte, la tradición y en la herencia de una historia ancestral; además, esta labor nos habla de la identidad de su comunidad y de nuestro estado”, dijo.
La artesana Silvia Sánchez, mencionó que en la comunidad hay una variedad de colores de mármol, y que gracias a las personas que extraen el material en la mina, ellas elaboran diferentes piezas.
“Aquí se aprovecha toda la piedra, desde la pieza más pequeña hasta las grandes piedras. Realizamos un trabajo coordinado con los hombres, nuestro trabajo busca ser igualitario y por ello, buscamos impulsar nuestro oficio”, afirmó.
Asimismo, la artesana Gabriela Hernández, señaló que elaborar artesanías es un proceso que le permite explorar sus habilidades artísticas, además de representar una fuente de ingresos para algunos miembros de la comunidad.
“Que nuestra comunidad sea conocida como zona marmolera, como zona de artesanías, porque anteriormente solo se llevaban la piedra en bruto y nadie nos conocía. Queremos ser reconocidos por nuestro oficio de artesanos de mármol y que trascienda a las siguientes generaciones, que nunca se pierda este hermoso trabajo”, subrayó.
Esta comunidad es hogar de más de 500 habitantes, en su mayoría indígenas quienes dedican, principalmente su actividad laboral a extraer y producir piezas de mármol y ónix; estos materiales han sido utilizados históricamente para decoración, elaboración de muebles e incluso esculturas.
Al visitar la comunidad, las personas pueden acudir al Museo Comunitario del Mármol y hacer recorridos guiados a las minas.