Entre el Diablo y la Política
Por. Karla Rosillo
Nada más falso —y más arrogante— que la frase: “X partido ganará en las elecciones del 2027.”
Falso porque nadie puede predecir el futuro, falso porque nadie es dueño del voto ciudadano.
Y falso porque la gente —por donde usted le vea— ya está harta de ver a los mismos, los de siempre, solo cambiando de cargo o de camiseta, como si el poder fuera un juego de sillas musicales.
Es verdad: todos los partidos están trabajando desde ya para las próximas elecciones (según el año en que usted lea esto). Y es que la política no descansa. Tan vigente está, que todavía suenan actuales las letras escritas en 1974 por el maestro Alex Lora:
“Nuestro gobierno está muy mal… y nadie puede protestar.”
En Querétaro, ningún partido pierde protagonismo, pero sí hay quienes acaparan más cámara que otros. En la zona metropolitana, la política es tema de café, de comida, de sobremesa.
Y aquí me viene a la mente un dicho sabio de mi madre:
“Las mejores mamás son las que no tienen hijos… y los mejores políticos son los que no están en el poder.”…Porque mientras no les toca, todos lo harían mejor. Pero apenas se sientan… y zas:
Los otros son pendejos, ellos son genios incomprendidos.
Cada partido presume tener su doctrina y su “línea de comunicación institucional”…
Pero la realidad es que cada grupo al interior trae su propio guión, y las fricciones internas son más duras de lo que la gente alcanza a ver.
MORENA no es la excepción. Su famoso eslogan “La esperanza de México”, bien podría traducirse como: “La esperanza de ponerse de acuerdo.”
Porque ni en la capital, ni en los municipios, logran cuajar consensos reales. Y si en otros partidos es difícil, en MORENA es otro boleto: Aquí no gana el más preparado, sino el que más dinero pone en la mesa que más aplauda. Así, sin filtro.
Y ojo: en Querétaro, también hay buenos perfiles morenistas. El problema es que parecen pertenecer al grupo equivocado. Y ahí ya no sé decirle si es mala suerte… o mal cálculo.
El grupo que toma decisiones en MORENA no ha tenido buen tino. Y su líder —el Dr. Gilberto Herrera— ha sido fuertemente golpeado. No da una. Y cuando da una, la da a destiempo.
Mientras tanto, el PRI sigue respirando con tanque de oxígeno. Con una Abigail cargando un muerto político que no termina de enterrar, el tricolor intenta renovar comités municipales, aunque eso sí: “Rasquense con sus propias uñas”, porque no hay ni un peso para operar.
En San Juan del Río, no sorprendió la ausencia de los Nieto en la renovación del comité.
Pero, guste o no, ahí siguen… y todavía dicen con orgullo que son priístas.
Así que, entre discursos, traiciones, simulaciones y estructuras oxidadas, la pregunta es válida:
Entre el Diablo y la Política… ¿Quién ganará en 2027?