Por Jerónimo Gurrola Grave
Dirigente Estatal del Movimiento Antorchista en Querétaro
Hace unos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, orgulloso, en su conferencia matutina calificó como “milagro” el dinero que mandan nuestros paisanos en el país vecino del norte, puesto que el año pasado el valor de las remesas alcanzó los 51 mil 594 millones de dólares, siendo esta la principal fuente de ingresos del país y este año, puntualizó, el monto puede llegar a los 60 mil millones de dólares y “este dinero va a bajar a 10 millones de familias de todo el pueblo de México, además reactiva la economía”.
Para lograrlo, los paisanos todos los días se enfrentan a los maltratos y deportaciones de las autoridades migratorias. De 2013 a enero de 2022, Estados Unidos deportó a más de 2 millones de mexicanos indocumentados. Los datos oficiales indican que 1 millón 813 mil 706 fueron hombres; es decir, el 89 por ciento; 200 mil 131 fueron mujeres y 127 mil 372 eran menores de edad al momento de ser devueltos a México.
La gran mayoría de quienes logran librar el muro, la migra, el racismo, la xenofobia y la violencia, sobreviven en la discriminación, pobreza, hacinamiento, falta de acceso a la salud, persecución migratoria, en habitaciones parecidas a “gallineros” en granjas de Carolina del Norte o hacinados en departamentos en Nueva York. Los sacrificios son para buscar mejorar las condiciones económicas de sus familias en México.
A todo esto, hay que agregar el abuso de los coyotes como el ocurrido el pasado lunes en que abandonaron un trailer en una de las carreteras del sur de San Antonio Texas con más de 60 inmigrantes, con 51 fallecidos, 27 de ellos mexicanos, por asfixia al interior de un tráiler.
El presidente, luego de expresar “su más profundo pésame” a los familiares de migrantes mexicanos, guatemaltecos y hondureños que murieron asfixiados, la calificó como una tremenda desgracia, e inmediatamente apuntó que lo ocurrido en San Antonio tiene que ver con la situación de pobreza, desesperación, de hermanos centroamericanos, de mexicanos, suceden porque también hay tráfico de personas y falta de controles en este caso en la frontera de México y EE.UU. y al interior de Estados Unidos.
Pero ¿a quién le importa su pésame? ¿Qué compone con eso? Ciertamente, lo ocurrido tiene que ver con su supuesta política “antineoliberal” que está provocando el empeoramiento de la situación por falta de oportunidades, pobreza y violencia, en la que sólo su círculo más cercano de empresarios, amigos y familiares están siendo beneficiados, provocando mayor desesperación y la emigración a los Estados Unidos, de cientos de miles de mexicanos en busca de mejores oportunidades para sus familias que terminan en la muerte. Siga usted presumiendo las remesas de estos héroes anónimos.
@jgurrolag1