Joaquín Antonio Quiroz Carranza
Los médicos tradicionales en México conforman una muy pequeña población, la mayoría de ellos son de la tercera edad y viven una doble segregación por su condición de edad y su adscripción indígena. Los hay sahumadores, hueseros-sobadores, parteras, hierberos, entre otras especialidades, éstas mujeres y hombres son guardianes de un profundo saber ancestral, que con su desaparición física se extinguirá definitivamente, perdiéndose una invaluable riqueza cultural.
Uno de estos especialistas es Don Atanasio Vázquez Lucas de origen ñañhu-otomí, quien desde hace más de 8 años presta sus servicios como “eventual” en el puesto de Medicina tradicional, en el Centro de Salud de Servicios Ampliados de Amealco, Querétaro. Él como la partera, el sahumador, el hierbero, el responsable del laboratorio y farmacia verde, entre otros especialistas tradicionales de esta institución, que hoy forma parte del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) laboran sin ninguna prestación social, perciben $3000 pesos quincenales, no reciben aguinaldo y cuando los “mandan” de vacaciones no reciben su pago correspondiente. Tan grave es su situación que aún a sus 83 años de edad Don Atanasio Vázquez Lucas, como otros especialistas tradicionales, no se pueden jubilar porque por su condición de “eventuales” la institución no les reconoce antigüedad laboral y como ellos dicen “si pedimos irnos, nos vamos como llegamos, sin nada”.
Don Atanasio nació el domingo 2 de mayo de 1939, en el barrio El Bothe, localidad de San Idelfonso, en el municipio de Amealco de Bonfil, Querétaro. Su madre fue Doña Apolonia Lucas Blas y su padre Don Benito Vázquez Hernández, comenzó sus saberes de medicina tradicional desde niño, pues su abuelo Don Florentino Hernández Esquivel sobaba y arreglaba los huesos con trementina o resina de pino y sebo nuevo de carnero. En el año 2013 se inauguró Centro de Salud de Servicios Ampliados de Amealco, Querétaro y Don Atanasio fue seleccionado como huesero-sobador, donde labora desde entonces.
La medicina tradicional, alternativa y complementaria está reconocida en la Ley de Salud de México, su desarrollo y promoción es responsabilidad de la Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural, creada desde agosto de 2002, pero como se puede apreciar en la práctica, esta Dirección, no cumple con sus responsabilidades. Pues su trabajo es “definir e impulsar la política intercultural en la oferta de servicios institucionales con respeto y promoción de los derechos humanos, la perspectiva de género y una visión innovadora que promueve la interrelación con la medicina tradicional mexicana y las medicinas complementarias” y así mientras los directores, subdirectores, administradores y otros funcionarios de esta Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo Intercultural gozan de salarios altos y prestaciones, los médicos indígenas y tradicionales padecen la escasez e incertidumbre laboral. Es necesario que la Cuarta Transformación llegue al México profundo, sabemos y reconocemos las batallas del gobierno encabezado por AMLO contra la corrupción y las desigualdades, no por ello callamos e ignoramos las injusticias pendientes.