Bitácora 645.-
MANK Y EL CIUDADANO KANE
Escribe:-Fernando Roque
-La visión de Citizen Kane es tan rica como su virtuosismo-David Bordwell
-El ciudadano Kane es un laberinto sin centro- Jorge Luis Borges
La última película de David Fincher, recién estrenada en una plataforma de streaming que empieza con N y termina con X recrea el momento en que Herman J. Mankiewicz ( de allí el título: Mank ) escribe, con la presión del tiempo, el guión de la magnífica “ Citizen Kane “, su relación con el director Orson Welles, con su hermano, con los productores, con el magnate de la prensa amarillista “ William Randolph Hearst y su joven amante: la mediocre actriz Marion Davis, genialmente interpretada por Amanda Seyfriend, a quien producía sus películas, y a cuyo órgano sexual llamaba cariñosamente “rosebud” ( capullo de rosa ) y que en la película será la marca del trineo que tanto amó en su infancia el millonario Charles Foster Kane, las reuniones en el castillo de San Simeón, situado caprichosamente en lo alto de una colina dónde se reunía la crema y nata de Hollywood a chismear de política, en este caso para bloquearle el camino a la presidencia al escritor de izquierda Sinclair Lewis, manipulando unas cintas para ello ( ya existían pues las Fake news ). MANK posiblemente obtenga varias nominaciones al premio Óscar, sobre todo para Gary Oldman, por su gran actuación como el guionista. Esta película homenajea a “Citizen Kane” no solo por estar filmada en blanco y negro sino en tomas de contrapicado, iluminación expresionista, la profundidad de campo con varias acciones en un solo encuadre, techos cerrados ( antes no se mostraban, porqué era dónde colocaban las luces para iluminar la escena ) y travellings audaces. También se remarca el alcoholismo de Herman y su alejamiento de Orson Welles. Hay que recordar que de sus nominaciones al Óscar sólo obtuvo un premio, precisamente al mejor guión, compartido con Orson y que el magnate Hearst quiso destruir esta obra maestra al sentirse ridiculizado. Gran homenaje de Fincher a esta cinta considerada la mejor de todas por muchos críticos y cinéfilos, la cual fotografió Gregg Toland con lentes de gran angular, maestro del gran Gabriel Figueroa y como diría Peter Cowie: Welles no inventó ningún nuevo proceso cinematográfico: fundió la experiencia de tres décadas en una obra gigantesca. Imperdible verla.