Llegó el momento de los buenos juicios, aunque los oficios de los priistas podrían ser mejores. Tras la disputa de Alito Moreno con Fernández Noroña, muchos priistas vieron un respiro y algunos comenzaron a percibir al partido como una plataforma para hacer política interna.
En Querétaro, Abigail Arredondo mantiene firme la verticalidad y ha presentado varias iniciativas con posibilidades de impacto, incluso ante la oposición. Además, ha incorporado a jóvenes y operadores experimentados, conscientes de que en 2027 el PRI podría recuperar municipios como Amealco, Colón y algunos más. Con cuatro o cinco municipios a su favor, el tricolor podría consolidarse como un partido competitivo.
Otro punto crucial son las posibles alianzas. Aunque hay opiniones divididas, tanto PAN como PRI y Movimiento Ciudadano podrían beneficiarse. La clave será tejer estos acuerdos con cuidado para evitar traiciones como las ocurridas en elecciones pasadas, donde se perdieron espacios estratégicos para el tricolor.
Un sector al que se le debe exigir resultados es el Popular, bajo la coordinación de Manuel Montes Hernández. Montes busca regresar como candidato a Colón y reivindicarse por las traiciones pasadas de algunos priistas y del PAN. Se sabe que parte de su estructura anterior vendió información privilegiada, lo que permitió que la plaza pasara a Movimiento Ciudadano.
En Amealco ocurrió algo similar: desde que Jesús Rivera Cárdenas se incorporó a la estructura de René Mejía, algunos ejercicios internos se ejecutaron mal y repercutieron en los resultados electorales. Aunque Jesús tiene habilidades para envolver a candidatos y gestionar información, hasta ahora no cuenta con victorias concretas en las elecciones que ha coordinado. Otros miembros de la estructura del PRI han cometido errores similares, entregando información al mejor postor.
En resumen, el tricolor enfrenta un momento crítico: consolidar su estructura interna, evitar filtraciones y reforzar la disciplina para recuperar presencia y competitividad en los municipios clave. El “libro mágico del PRI” sigue siendo la guía, y no respetarlo podría costar caro.
