Por Raúl Rosillo Garfias.
Expresan con claridad los hombres de la ciencias sociales, que, para vivir el miedo se requiere de mucho valor, y es una contradicción fuerte y casi inentendible, pero bueno esta columna siempre se ha ocupado del PRI, un partido que nace en Querétaro, que era orgullosamente nacionalista de centro izquierda, pero que perdió el rumbo y cada vez más se fue inclinando a la derecha… yo no dudo ni tantito, que el sistema se sintió tan agredido por los nuevos priistas que convencieron a Andrés Manuel López Obrador de que se llevara a todos los operadores a todos los priistas a Morena y mantuviera la hegemonía, dándole duros golpes a la derecha, y purgando de manera drástica al Revolucionario Institucional… y ahora la pregunta es … ¿qué tiene que hacer el PRI…?.
¿De verdad…?… contar con una organización de tipo guerrillero urbano, que tenga como propósito estrechar los intereses en donde se vean reflejados sus pilares fundamentales, que son los sectores y las organizaciones, pero desde abajo, desde los cimientos, dándoles voz y voto, regresando a la esencia, sin perderse en la modernidad, que también puede ser revolucionaria… pero hay que rescatar los documentos básicos y dárselos a conocer a los campesinos, a los obreros, hablar del nuevo sindicalismo, de conocer el potencial del sector popular, convertirlo en el arma por donde pasan todas las críticas a los gobiernos, pues ahí están los profesionales, los técnicos, los micros y pequeños empresarios, los jóvenes, las mujeres… pero nadie se atreve a decir si las obras están bien o no, nadie hace diagnósticos serios y críticas fundamentadas, para crear nuevamente un padrón de gente que se identifique con las causas, con las banderas, y hay que aceptar que hubo errores… digo si quieren mantener la divisa… pero no se ha escuchado nada de Vania Camacho, ni de Adriana Meza… será que ya están alineadas… y no digo que no estén… pueden estar, pero generar oposición a valores entendidos se puede… opinión… y solo eso..