Por Jerónimo Gurrola Grave
Dirigente Estatal del Movimiento
Antorchista en Querétaro
En gran error estábamos quienes después de cuatro años de gobierno de la 4T, lo creímos incapaz de hacer algo que le saliera bien. La duda tenía sentido si tomamos en cuenta que en la toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo públicamente 50 compromisos a favor de los mexicanos, entre los que destacaron: promover una ley para convertir la corrupción en delito grave, no robar ni permitir que nadie se aprovechara de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios, entre los que incluyó a amigos, compañeros de lucha y familiares, incluidos sus hijos.
También se comprometió a que su gobierno no sería facilitador para el saqueo, que habría elecciones limpias y libres (se cuidó de no decir que de narcos), a bajar el precio de la gasolina y todos los combustibles, a no endeudar al país, que no habría más corrupción e influyentismo, a bajar los precios del gas y la electricidad, a ocuparse de disminuir las desigualdades sociales e instalar un nuevo modelo económico, iniciar inmediatamente la entrega de medicamentos gratuitos en las zonas marginadas, que sería universal en todo el país a mitad del sexenio.
En el mismo evento de toma del poder del gobierno, se comprometió a dar créditos a la palabra a los agricultores, ganaderos, pescadores, dueños de talleres y comerciantes, a ayudar a productores del campo con subsidios y precios de garantía, a vender a precios justos la canasta de alimentos básicos para combatir la desnutrición y el hambre, a crear 100 universidades públicas en todo el país, a vender el avión presidencial y la flotilla de aviones y helicópteros para uso personal de los altos funcionarios, a no comprar más vehículos (y continuar usando el tsuru), a reducir en 50% el gasto de publicidad del gobierno, a no vivir en los Pinos y destinar la residencia oficial para museo y promover la cultura, etcétera.
Pero haciendo un recuento detallado y minucioso, excepto el último de sus compromisos, de “ser totalmente palacio”, no ha cumplido nada, ni uno solo. Por el contrario, México se sigue cayendo a pedazos: se han incrementado la corrupción a más no poder, los robos, el saqueo, los muertos por violencia, la desigualdad, los pobres, el precio de los combustibles, el gas, la electricidad, la falta de medicinas a niños y mujeres con cáncer, etcétera. Y en lo que sí hay que reconocer su gran éxito es en la distribución de atole y lo que le encanta al pueblo: funciones de circo para mantenerlo entretenido con sus propios recursos, y al mismo tiempo promover a sus corcholatas, como él mismo les llama, para continuar con teniendo el poder: a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal.
Para ello, el gobierno de la Ciudad de México firmó un contrato por más de 23 millones de pesos para el concierto del grupo norteño, Los Tigres del Norte, en el histórico Grito de Independencia, aunque como era de esperarse, para justificarse, el presidente reveló que el costo de la participación del grupo, en la verbena popular sería dividido entre el gobierno federal y el de la Ciudad de México, mientras que el concierto de Grupo Firme realizado el pasado domingo en el zócalo capitalino, según Sheinbaum, sólo pagó el dos por ciento del costo total, 2.5 millones de pesos, en gastos de Protección Civil.
@jgurrolag1
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