Nombre de la Columna: El Ahuehuete
Por: Joaquín Antonio Quiroz Carranza
Desde la antigüedad los pastores y ganaderos tienen la costumbre de colocar un cencerro en el cuello del ejemplar líder del rebaño, de esta forma el sonido emitido por el badajo, al chocar con la rústica campanita, guía al resto del ganado por el camino que se le asigna.
Los humanos adiestrados por siglos de repetidos acondicionamientos no perdemos la costumbre de guiarnos por los cencerros ideológicos o mercantiles; la moda, los llamados “influencers” o la publicidad, son entre muchos otros, los cencerros, cuyo sonido guía al rebaño humano en lo ideológico, en el consumo de mercancías y en múltiples patrones de comportamiento asignado, como son los roles familiares de hombre y mujer, la enseñanza escolarizada, la medicina convencional, el trabajo asalariado y otros.
Particularmente en el ámbito de la salud, respecto al cual la propia Organización Mundial de la Salud, la define como: “un estado de completo bienestar físico, mental, social y no solamente la ausencia de enfermedad”, los sonidos emitidos por el cencerro correspondiente repite incansablemente que la salud es resultado de un sistema de hospitales, clínicas, análisis clínicos y de imagen, médicos, enfermeras, camilleros y fármacos, cuando en realidad la recuperación y conservación de un estado de equilibrio en lo biológico, emocional y social implica un conjunto de elementos relacionados como la alimentación, la movilidad, el denominado trabajo, la relaciones sociales, la práctica de los afectos, las forma de construir el conocimiento y entre otros.
De tanto repetirnos el paradigma, de que solamente podemos recuperar la salud si acudimos con un médico, nos sometemos a los análisis clínicos, fármacos o cirugías, no observamos críticamente las recurrentes adicciones que padecemos: adicción al odio, al rencor, a la queja, al azúcar, la sal, a la grasa, al sedentarismo, a la frustración, la avaricia, entre muchas otras. Ante el alto consumo de azúcar y alta fructuosa en refrescos y golosinas se prescriben fármacos antihiperglucemiante, para el incremento de la presión sanguínea por adicción a la sal se receta antihipertensivos, frente al alto consumo de grasas se dictan los fármacos antihipercolesterolémicos, frente al alto consumo de minerales los fármacos o cirugías para retirar cálculos renales y vesiculares, entre muchos otros, pero no se reconocen los errores del comportamiento, ni se modifican.
Muchas son las opciones naturales que en el ámbito de la salud existen, sobre las que es útil indagar con el fin de tener alternativas que complementen la normalización de los patrones de comportamiento. Si se desea conocer algunas de estas alternativas se puede solicitar información y/o consulta gratuita en El Ahuehuete, al cel. 4423775127, o enviar mensaje por whatsApp.