Era 1984 a las orillas del Delta de Venus, y después de 100 Años de soledad, La muerte de Artemio Cruz, Un mexicano mas, En carne viva sentí Los sueños de un seductor, pues El conde de Monte Cristo, encontró La mano del muerto, se abrió La novena puerta, y Don quijote de la mancha junto con Robinson Crusoe miraron El retrato de Dorian Gray, durante el Viaje al centro de la tierra, El lazarillo de Tormez, dijo La vida es un sueño, pero La rebelión en la granja asusto al Romancero gitano, me pregunte cual es La Verdad sobre el caso Savolta.
Ulises, dile a Lolita que El hombre ilustrado y El gran Gatsby firmen ya el Contrato social, pues El sonido y la furia, de El hombre invisible, es una Divina comedia, El guardián en el centeno me platico de El hombre mediocre, nieto de El señor de los anillos, y yo con ganas de Matar a un ruiseñor, pero el jugo de La naranja mecánica, y las Hojas de hierba, me hicieron pensar en Guerra y paz, Frankenstain, A sangre fría, huyo en La maquina del tiempo, y dije Por quien doblan las campanas, debe ser por El Cuervo.
Lo que el viento se llevó, fueron Las grandes esperanzas de Anna Karenina, porque Hamlet se fue al Trópico de cáncer, así que Ve y dilo en la montaña, por que Los hijos de la media noche, tienen cita con Madame Bovary, y quieren vivir Las aventuras de Huckleberry Finn, Farenheit 451 marco mi termómetro, y dije se me antoja una copa de Sorgo rojo, invitare al Amante de lady Chaterly, pero el Llano en llamas, me impidió el paso. Pedro Paramo trajo una Canasta de cuentos mexicanos, Los detectives salvajes, escucharon El canto a mi mismo. Jugaban Rayuela Los hijos de los hombres, con Carrie, Orgullo y prejuicio, me dijo El Padrino que sentía al ver a Tiburon.