Los girasoles y los mirasoles son plantas de esta temporada del año en zonas de Querétaro como Amealco, Huimilpan y hasta Tepotzotlán, además de otras regiones.
Dicen los estudiosos del campo que hay más de 70 variedades o especies dentro del género Helianthus, algunas anuales o de temporada.
Algunas especies tienen fines botánicos, se utilizan en la horticultura y también como cultivos agrícolas, sobre todo aquellas aplicadas a la fabricación de aceites vegetales. La flor grande y amarilla puede medir desde 50 centímetros de altura hasta alcanzar los 3 metros. Sus semillas se aprovechan para la producción de aceite de girasol. En contraste, el girasol silvestre, con flores también amarillas pero con semillas más pequeñas, puebla caminos de México y tierras que quedaron ociosas de cultivo.
Productores del sur de San Juan del Río explican que, desde hace unos tres años, esta planta se implementó como cultivo alternativo frente a los largos estiajes que se venían padeciendo. Existen variedades de ornato con flores esponjosas y compactas, de tonos rojizos, anaranjados, dorados e incluso pétalos rojo oscuro, conocidos también como burdeos.
Los perennes, comentan los conocedores, florecen año con año sin necesidad de sembrar, es decir, son de índole silvestre y abundan en distintas regiones. En esta época, sobre todo en el sur de Querétaro, los girasoles y mirasoles son un espectáculo natural que llena de color extensas áreas, llamando la atención de automovilistas y caminantes que se detienen para tomarse fotografías.
En el caso de los cultivos, la siembra se realiza en primavera, entre marzo y mayo en el hemisferio norte. Su floración ocurre en verano y se extiende hasta inicios del otoño. Para el caso de semilla, la cosecha se realiza entre septiembre y octubre. De acuerdo con expertos, estas plantas prefieren climas secos y soleados, y son muy apreciadas tanto por el mercado agrícola como por el de flores ornamentales. En muchos lugares se procura que aguanten hasta principios de noviembre para recibir a Todos Santos y adornar los panteones del país, incluidos los de Querétaro y San Juan del Río.
En la zona alta, donde los valles comienzan a enfriarse hacia finales de septiembre, florecen también los mirasoles, de tonos entre rosados y lilas, que cubren grandes extensiones año con año de manera natural.
Estos paisajes, que llaman poderosamente la atención de propios y extraños, atraen a numerosos paseantes y se han convertido en uno de los principales atractivos de Amealco, Huimilpan y algunas zonas del Estado de México e Hidalgo que colindan con Querétaro. Sin embargo, falta mayor impulso de las autoridades, que no han sabido consolidar la actividad turística y productiva alrededor de estas floraciones, lo que reduce cada vez más sus posibilidades de crecimiento.
De los girasoles amarillos hay mucha literatura, nombre científico y hasta las utilidades que tiene esta flor en el uso medicinal y comestible con el aceite, pero este rosado y tirando a violeta, es silvestre, pero llama tan poderosamente la atención de propios y extraños que quieren estar cerca de esta flor que sigue diariamente desde su nacimiento al astro rey y da la vuelta a su flor conforme va caminando el ser más luminoso que tiene el planeta hasta oscurecer, y a la mañana siguiente estos mirasoles están listos para volverle a seguir y acompañarlo en su viaje… estas flores saben exactamente dónde se ubica aun en los días nublados y a ese punto apuntan.