Joaquina es una mujer de 55 años, madre de Julián, Rodrigo, Fátima y Silvia; su marido se fue al otro lado hace 12 años, empezó a enviar dinero para “sus chamacos” pero como a los tres años ese ingreso dejó de llegar; escasamente acabó la primaria y desde los 14 años trabaja en el puesto de su mamá, en uno de los mercados de la ciudad de Oaxaca; vende tlayudas, memelitas y empanadas desde las 9 de la mañana hasta las 7 de la noche de lunes a domingo. Con ese puesto ha logrado sacar a sus hijos desde la primaria hasta la preparatoria Rodrigo el más grande de los varones; quiere estudiar ingeniería, ya le falta un año y Silvia la más grande, acaba de entrar a la UABJO a estudiar contaduría.
Joaquina dice con lágrimas en los ojos que no sabe por qué le están cobrando un celular que ella no compró, que nunca compra cosas a crédito y que ni tarjeta tiene; de hecho, dice la verdad Joaquina es de esas empresarias que son 100% líquidas, es decir paga todo, todo el tiempo de contado, vende sus alimentos y su riqueza le cabe en la bolsa del mandado que cada día le acompaña al puesto. Pero en algún punto a alguien, por una sola vez, le dio sus datos personales y con eso bastó para que apareciera una persona con su nombre, domicilio y hasta teléfono; pero con otra fotografía y obviamente, la intención de cometer un fraude a su nombre. Durante más de 53 años Joaquina no figuró en el Buró de Crédito, hoy tiene una de las peores calificaciones y está imposibilitada a pedir crédito, además cada día en su pequeño y viejo celular de prepago, le llaman para cobrarle primero era la tienda, luego un despacho jurídico y en breve le empezarán a hacer visitas.
Los datos personales básicos son el nombre, domicilio, teléfono celular y en general los datos que vienen en la credencial de elector. Datos más sofisticados serían el RFC, CURP y en su caso, el número de pasaporte y aún más delicados son los datos como el tipo de sangre, características de salud, creencias religiosas, ideológicas o simpatías políticas. Estos datos pueden clonar la identidad de alguien y cometer fraudes, delitos o cualquier tipo de mal uso.
Vivimos en un momento en el que convergen mercado, tecnología y consumidores, es muy fácil exponer nuestros datos y exponernos a su mal uso, sin embargo en México como en muchos países existe una autoridad que expresamente vigila el comportamiento de empresas y gobierno en el tema de los datos personales: el INAI (Instituto Nacional de Acceso a la Información) Esta es la autoridad encargada de difundir y proteger los derechos ARCO de las personas, es decir el derecho al Acceso, Rectificación, Cancelación y/u Oposición del uso de los datos personales, porque usted es dueño de sus datos, no las empresas en quien los deposita.
Como ciudadanos tenemos la obligación de cuidarlos y el derecho a ser protegidos y las empresas la obligación de tener sistemas de gestión de estos datos. Joaquina podrá recuperar su historial si la empresa tiene un sistema correcto para el manejo de datos personales de otra forma tendrá que interponer una queja ante el INAI que puede costarle millones a la empresa, por lo que la mejor estrategia es tener un sistema adecuado y óptimo para el manejo de datos personales. No estamos exentos de que nos suceda lo que le pasó a Joaquina, de hecho, no tiene que ver ni con el estrato social ni con la ubicación geográfica, sino directamente con el desconocimiento de nuestros derechos y las obligaciones de las empresas.
¿Usted conoce sus derechos en el manejo de datos personales? ¿Si usted tiene una empresa, sabe a qué le obliga la ley? Mándeme sus comentarios para mi son muy valiosos y recuerde cuidar siempre donde ingresa sus datos personales. Nos leemos en la próxima entrega.
Mario Alberto Metacoach
Twitter @mhmetacoach