-Compilación de medios nacionales-
Escribe.- Isaac Mejía Hernández
El pasado miércoles 22 de enero, nos encontramos una serie de imágenes de niños con edades que varían entre 6 y 14 años, armados con escopetas, machetes y palos, todos pertenecientes al Municipio de Chilapa, Guerrero. Los infantes son integrantes de la policía comunitaria de su localidad, reclutados para defenderse del crimen organizado que ha golpeado tanto a la Sierra Guerrerense.
Y esto no es para menos, la delincuencia cada día está más grave, no da tregua, ya que de diciembre de 2018 a diciembre de 2019 se registraron 35,588 homicidios, poco más de 762,000 robos, 1,360 secuestros y 1,100 feminicidios, estos son los delitos que más le duelen a México.
Según una encuesta de Grupo Reforma realizada en 2019, seis de cada diez mexicanos, consideran que el tema de inseguridad en nuestro País debe o debería ser prioritario en la agenda del presidente.
¿Por qué de qué sirve que suban el salario mínimo, cuando en el transporte público un asaltante te roba tu sueldo?, ¿Qué beneficio trae a una señorita un empleo de “Jóvenes Construyendo El Futuro” cuando saliendo del trabajo la violan y la matan?
Es cierto, López Obrador heredó de Peña Nieto éste continuo y por lo visto ascendente cementerio y Él a su vez, lo adquirió de Calderón y así nos podemos ir, repartiendo culpas a cada administración, no consiguiendo mejoría, hundiéndonos más.
El no asumir responsabilidades y seguir con la distribución de daños de sexenios pasados, para no menguar los puntos de aprobación, es una forma de corrupción.
En nuestro país hay programas o iniciativas, pero no estrategia de seguridad, y eso lo pudimos constatar el 17 de octubre del 2019, con el supuesto “aseguramiento de Ovidio Guzmán”, no existió coordinación alguna entre Instituciones, la Guardia Nacional y el Ejército nunca tuvieron una orden de Cateo.
Esta acción no tuvo buen puerto, solo desencadenó una interminable balacera y ninguna detención.
Pero al mexicano ya no le importa qué provoco este cáncer llamado inseguridad, si no quién lo va erradicar, cómo puede ir disminuyendo, porque bien lo dice Denisse Dresser en su libro “El País de Uno”:
“México no es el país de Andrés Manuel López Obrador o Enrique Peña Nieto o Carlos Slim o Emilio Azcárraga o Carlos Romero Deschamps o Elba Esther Gordillo o Felipe Calderón. No es el país de los diputados o los gobernadores o los burócratas o los líderes sindicales o los monopolistas. Es el país de uno. El país nuestro. Ahora y siempre.”