Bitácora 633.-
Escribe:- Don Jesus Moreno Trejo
Como fue que Morena llegó hasta este escenario crítico, de que sea el INE, por mandato del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF), el que organice y conduzca las elecciones para elegir al presidente y al secretario(a) general del CEN de Morena.
¿Cómo se originó esta situación? Hubo varios liderazgos que solicitaron la renovación de los dirigentes nacionales ante el TEPJF, pero en
particular, quién mas impulsó este caso fue el senador suplente del senador Ricardo Monreal, Alejandro Rojas Díaz Durán.
Lo anterior data de hace aproximadamente un año. En un principio la plana mayor y la menor y hasta la misma militancia y simpatizantes de
morena no creyeron que prosperara esta solicitud de intervención del TEPJF.
Llama la atención que siendo Morena un partido joven, que inició su actividad política hace apenas 5 años, pronto adoptó las malas prácticas
de hasta hace poco los dos partidos dominantes, PRI y PAN, es decir: pleitos por el recurso presupuestario correspondiente a las
prerrogativas, fricciones por el control de las bancadas en la cámara de diputados y en la cámara de senadores, aparición de facciones o
grupos de poder, avaricia, ambición de poder y de dinero para beneficio propio o de grupos facciosos, arrogancia y desafortunadamente, esto
replicó en prácticamente las 32 entidades federativas. ¡¡¡ qué pena !!! y que falta de dimensión ética en el desempeño del encargo.
Suena muy fuerte lo expresado por el senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán, quién ha dicho: “El partido se debate en dos visiones,
una minoría radical golpista, autoritarios y antidemocráticos facciosos, y la otra una izquierda democrática, progresistas, vanguardistas,
tolerantes, que no vemos a los empresarios como enemigos del pueblo. El gran error es que a Morena la han enclaustrado; el presidente
López Obrador lo dijo muchas veces, que éste partido no tiene dueño, porque es de los ciudadanos, es su instrumento para la transformación
pacifica del país.
Pero a esta dirigencia no le conviene, ha traicionado los principios de Morena, no han permitido que ingrese el pueblo de México, cerraron la
afiliación, no credencializaron a nadie, etc.”
Duros comentarios, pero encierran mucha verdad. Lo malo es que esta circunstancia ha permeado en muchas entidades federativas (ámbito
estatal y municipal). Evidencias hay muchas. Es algo que no se ve como se pueda corregir. En poco tiempo MORENA ha absorbido las
triquiñuelas que la sociedad ya le conocía al PRI y al PAN. Los ha mareado el poder.
El partido apunta a que sufrirá fracturas, no obstante que los nuevos dirigentes nacionales que resulten ganadores hayan sido seleccionados a
través de encuesta. El efecto esperado de que no se friccionarán los liderazgos al ser seleccionados por el método ya mencionado, al parecer
no dará los resultados esperados, pues muchos de los participantes han sido señalados de que ostentan un cargo de elección popular y por
ende mediáticamente tienen un hándicap a su favor, contrario a quienes están participando sin tener encargo alguno. Pareciera que esto es un
hecho de inequidad.
Por todo lo ya descrito, es que el presidente López Obrador manifestó que, si el partido no se compone, el se retiraría del mismo. Lo cual
suena a dejarlo en la orfandad, pues actualmente este partido adolece de un líder de dimensiones carismáticas como las que posee el
presidente.
Por si fuera poco, hay acusaciones de corrupción, como lo ha manifestado Porfirio Muñoz Ledo, mientras que Mario Delgado solicita
pruebas. Es decir, hay desacuerdos en la cúpula del partido.
Asimismo, algunos liderazgos han declarado que: Morena es un lastre para el presidente López Obrador; que el partido significa un
verdadero bulto para el presidente; y alguien más dijo que el partido no tiene identidad.
Por todo ello, Morena es un partido en construcción. Es buen tiempo para que los que creen tener el derecho de patente o título de propiedad
partidaria, entiendan que el triunfo arrasador en el pasado proceso electoral 2018, es debido al líder carismático que es AMLO, generando a
su alrededor una verdadera corriente lopezobradorista, qué no morenista, y que al menos esa corriente aportó aproximadamente 27 millones
de votos, por aproximadamente 3 millones de morena. ¿entonces?
La pregunta es ¿se mantiene actualmente en esos números esa corriente Lopezobradorista? O ¿se ha disminuido?
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En sus orígenes a morena se integraron diferentes liderazgos y militantes de la izquierda mexicana, quienes siempre fueron ignorados,
desplazados y hasta agredidos por los gobernantes en turno (ni los veo, ni los oigo dijo el nefasto y perverso Salinas de Gortari), pero ¿no
será que éste origen es el que actualmente pudiera estar traicionando a morena, a la hora de conciliar y acordar?