Abril 5 de 2013.11:07 am
Escribe.- Brian Montero
La noche era fresca, un ligero viento traía el eco de sonidos lejanos, las líneas amarillas del estacionamiento tenían un tono más leve, algunos franeleros hacían su danza eterna, sus trapos al hombro desgastados, sus brazos prietos por el sol de los primeros días de primavera, el cielo tenia tonos grises, y en algunas partes un azul marino más profundo, un vigilante algo desaliñado miraba con desgana las decenas de autos que tenía que cuidar, un aroma a pizza apenas era perceptible, entre a la sala y espere paciente mientras una marca de refresco me hacía perder 10 minutos en venderme la idea de que todo el mundo sonríe y es más feliz mientras pagues por su producto, en la pantalla las imagines se movían en compases dispares, por alguna razón me vino a la mente Newton y su manzana en la cabeza, que lejos estoy yo de conjurar alguna ley gravitacional cuando solo las palomitas de caramelo crujen bajo mis pies.