*** Se convierten en acompañantes de viaje, por algunas carreteras de Querétaro, en donde se han plantado.
Raúl Rosillo Garfias
Casi se terminan los días en que las jacarandás están en todo su esplendor, y Querétaro hablando de la entidad, tiene muchos lugares en donde los gobiernos le han aportado a este árbol, que llega a México en los años 1897, gracias a un japonés procedente del Brasil, y llegó a vivir a la colonia Roma en la hoy ciudad de México y antes Distrito Federal.
Este árbol que se adaptó al clima de México, está por todas partes… y sus semillas las ha llevado el viento a lugares inimaginables, su adaptación a la falta de agua de esta planta la hace resistente a climas más o menos cálidos… el japonés que la trajo a México se llamaba Tatsugaro Matsumoto y esto como ya se dijo fue en el año 1897… el japonés dejó en claro que el nombre de este árbol que crece grande y que en temporada de primavera, muy cercano a la Semana Santa empieza a florecer profusamente.
Sus semillas se guardan en una concha, sus flores en ocasiones están en toda su manifestación y no necesariamente el árbol requiere de hojas de follaje que con pequeñas espigas… cuando empieza a terminar la floración, en derredor de cada planta se arma un tapete de pequeña caliza color violáceo, que hacen muy atractivo mirar de dónde vienen esas flores.
Como son árboles que no requieren ni reclaman tanto cuidado… muchos camellones de carreteras, de bulevares en las ciudades, las han adoptado como de hornado, y cuando llegan a su edad madura, empiezan a florecer y este es el premio para darle colorido a las ciudades…