*** Son cuatro las que se han logrado concretar en el municipio, y ya están dando resultados buenos en los cultivos.
*** La idea es regresar un poco a las prácticas de los cultivos de manera mucho más natural, para sanar el proceso.
*** Roberto Jiménez, destaca que es un proceso complicado, porque son pocos los jóvenes que están en el campo.
Raúl Rosillo Garfias
Los resultados de un trabajo coordinado, constante, serio y sobre todo con objetivos claros, ha dado como consecuencia que ya operen en el municipio, cuatro biofábricas, que permiten regresar un poco a los cultivos tradicionales, y a aderezarlos de abonos y forrajes de carácter natural y eliminar los químicos dañinos en el proceso de producción señala el Secretario de Desarrollo Agropecuario Roberto Jiménez Salinas.
Estas biofábricas también abonan a que se cuide el medio ambiente natural de las comunidades y propicie un clima más sano en la producción de alimentos que llegan a la mesa de los mexicanos, se dejan de utilizar agroquímicos y forrajes a base de insecticidas que no sólo matan las plagas sino que además matan algunas otras condenas alimentarias de los ecosistemas.
Estas pequeñas biofábricas, dos de ellas son operadas por mujeres y dos más por familias completas, producen entre los 600 y más litros de subsidiados, que se emplean como abono para los cultivos y en zonas de temporal, son de alto contenido, además de los ahorros económicos que esto genera para las familias…
De esa producción se emplean entre los 150 y los 200 litros en los cultivos, lo demás es producto que bien se puede conservar o bien se puede comercializar, y esto también ayuda a que más productores abandonen los abonos químicos y se queden con los abonos naturales, que a la postre es regresar a las prácticas de los padres o abuelos de las nuevas generaciones, y es devolverle a la tierra su riqueza propia sin agredir a otros ecosistemas, como la abejas, como las aves y algunos otros que son polarizadores naturales.