Joaquín Antonio Quiroz Carranza
Hace 40 años por instrucciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la mayoría de los países, entre ellos México, destruyeron las cepas con las que producían vacunas contra la viruela, lo anterior porque se dijo que esta enfermedad se había erradicado totalmente del planeta, la mayoría de los gobiernos, obedientes integrantes del ganado global, hicieron caso, excepto países como la antigua Unión Soviética, Estados Unidos y algunos otros del bloque imperialista. Hoy reaparece la viruela, bautizada como del mono, y sólo el laboratorio danés Bavarian Nordic es el productor de la única vacuna autorizada contra la viruela del mono. La pregunta que surge es ¿por qué Dinamarca conservó las cepas de viruela? ¿por qué desobedeció a la OMS?. Muy simple, ninguna enfermedad puede ser erradicada totalmente del planeta, esta es una verdad absoluta, creer lo contrario es una mentira, cuando menos, sino una trampa de los monopolios farmacéuticos para hacer más dependientes a los países de ellos.
¿Qué tan peligrosa es la viruela del mono? La población con alto riesgo de infección son los que poseen un sistema inmune deprimido, viven hacinados y desnutridos. La denominada pandemia del Covid-19 y ahora la viruela del mono son dos eventos globales que demuestran una vez más que la ignorancia y el miedo son las causas que permiten que las poblaciones humanas sean manipuladas por los monopolios farmacéuticos.
El sistema inmune se deprime fundamentalmente por una alimentación inadecuada, no importa en este sentido el ingreso económico, pues tanto ricos como pobres los hay que se alimentan mal, sea en la escasez o la abundancia, pero los elementos comunes en el consumo de todas las clases sociales son: refrescos y jugos embotellados, harinas industrializadas, frituras, panes industrializados, aguas purificadas, vinos y licores de baja calidad, cervezas, carne de res con clembuterol, carne de pollo con hormonas, hortalizas con plaguicidas, embutidos repletos de grasa, colorantes y conservadores, tabaco cargado de plaguicidas. El sistema inmune se deprime también por el hacinamiento habitacional y el transporte, la falta de servicios y de higiene.
Desde hace más de 10 años diversos autores han documentado lo que se denomina la sociedad de riesgo, sociedad en la que el ser humano se encuentra en un ambiente completamente contaminado que amenaza la seguridad de su existencia, particularmente Ulrich Beck, indicó que una de las buenas características de la sociedad de riesgo es que es eminentemente democrática, es decir afecta por igual a ricos y pobres y la solución sólo puede ocurrir con la participación de ambos grupos en la recuperación del equilibrio global. De lo contrario en un lapso de 100 o 200 años como máximo la especie humana se habrá extinguido.