Bitácora 673.-
Escribe:-Fernando Roque
Hace unos días se cumplieron cincuenta años de la partida de este mundo material del ícono del rock: El rey Lagarto, encontrado muerto en una bañera, aunque según una teoría murió , como rey, en el trono . . .pero del baño, y de allí trasladaron su cuerpo a la bañera, superdrogado ( que novedad ) para revivirlo. Me tocó ver al grupo sin su gurú musical en el Auditorio “ Josefa Ortíz de Domínguez “, en la ciudad de Querétaro, cuando se presentaban como “ Doors del siglo XXI “, con otro cantante que se esforzó pero siempre se mantuvo a la sombra de Jim, con su voz rasposa y su imagen madreada de poeta decadente. Indiscutiblemente influyó en otros cantantes, como Enrique Bunbury e Iggy Pop,en su look e actitud retadora del sistema. Les comparto una anécdota que me ocurrió ante su tumba, en el cementerio del Pére ( padre ) Lachaise, en París, a dónde se fue a refugiar con su morra y musa Pamela. Al entrar orienté a dos chavas gringas despistadas que después pensé reencontrar pero desaparecieron, con ayuda de un mapa que me facilitaron a la entrada, a la famosa tumba, ya sin busto ( el de la película de Oliver Stone era una copia de plástico ). El original ¿ se lo robarían escondiéndolo debajo de la camisa ?. La visita a su cenotafio ya es un ritual para muchos, por lo que pensaba encontrar el lugar lleno. Se cuenta que en las noches de luna llena escalan las paredes para celebrar ritos satánicos, aunque la mayoría solo depositan algunas flores o cigarros de mota como homenaje ( los cuales ha de aprovechar el vigilante ) y tocan sus rolas. Al llegar frente a la tumba, solo estaban dos tiras cuidando el lugar y un cuadrito en el suelo con unas flores marchitas. Aproveché para pedirle a uno de ellos que me sacará la foto del recuerdo y le pedí que me tomara dos, por si no salía una. Posé sobre la tumba y me alejé feliz con mi cámara, por haber logrado la foto para presumirla con mi banda, pero a la salida, cuando descendía por una calle inclinada, a pesar de que llevaba la cámara anudada a mi mano, misteriosamente se cayó y se fue rodando hasta que se abrió el compartimiento y se velaron las fotos ( en aquella época todavía no se inventaban los celulares desgraciadamente ) y ni modo de regresar pues ya habían cerrado ( cerraban a las seis ). Tuve que conformarme con una postal que compré en un puesto de revistas, y todo por haber osado pararme sobre el pedazo de cemento de su tumba. Jim, de todas formas, aunque provoqué tu enojo en el mas allá ¡ descansa en paz ¡