Escribe.- Areli Zamora
Cine: Acaba septiembre, el mes patrio, y por eso quiero hablar de una película que fue un parteaguas para el cine mexicano, ya que toca temas que verdaderamente eran (y siguen siendo en algunos lugares de nuestro país) tabús, que no se hablaban de una manera tan explícita, abierta y al natural como lo tratan en este largometraje “Sexo, pudor y lágrimas”.
Y es que quizá muchos de nosotros, ubicamos más el grandioso tema de Aleks Syntek del mismo nombre, pues estuvo de moda por un montón de tiempo, allá en los años dos mil, soundtrack de la película. A mi criterio, tuvo más éxito y fama la canción de Syntek, pues con ella nos enamoramos o desenamoramos, según sea tu caso, sin embargo, la película arrancó muchas críticas puritanas, que en su tiempo causaron polémica, pero que hicieron fuera un capítulo nuevo al cine nacional.
Infidelidad, amistad, violencia, empatía, pudor, amor y lágrimas; son sólo algunos de los sentimientos que verás en cada una de las escenas de esta película. Situada en la capital del país, nos retrata la posible realidad de los miles de departamentos que existen en la Ciudad de México. Y es que ¿te has puesto a pensar? ¿Qué es lo que pasa atrás de la puerta de cada una de las casas, departamentos, condominios y oficinas de cada ciudad? esto, sin afán de ser chismosos claro, pero sí con el motivo de entender que cada espacio tiene su propia historia. Y esta película, nos cuenta una que puede ser el caso real de muchas parejas, lo destacable es, la forma en cómo la proyectan.
Sexo, pudor y lágrimas, se ha vuelto un clásico contemporáneo del cine mexicano, así que, si no la has visto, recuerda que te la recomiendo por mera cultura general. Te platico un poco de la historia. Es una película mexicana dirigida por Antonio Serrano, lanzada en el 1999, Tomás (Damián Bichir) regresa a México después de un viaje de siete años por el mundo a visitar a sus amigos Carlos (Víctor Hugo Martin) y Ana (Susana Zabaleta), una pareja de esposos que está pasando por problemas en su relación. Ana es seducida por Tomás, su ex novio, lo que causa que Carlos expulse a Tomás de la casa, en vez de él, se va Ana. Esto se convierte en una guerra de hombres contra mujeres cuando Miguel (Jorge Salinas) se muda con ellos y Ana al departamento de Miguel para unirse con Andrea (Cecilia Suárez) y María (Mónica Dionne) en su boicot en contra del hombre. Aparte como ya leíste, un elenco de protagonistas, buenísimo.
Si no la has visto aún, no te vayas a espantar de la cantidad de groserías que dicen los personajes, del lenguaje bastante coloquial y las expresiones que plasman cada uno de los protagonistas del filme. Sin duda el tema principal “sexo” ya que muestran el cómo las circunstancias sociales, creencias, costumbres y la naturaleza humana, orillan a las parejas a tener encuentros íntimos, y también al experimentar la piel de alguien que no es su pareja.
La película de Sexo, pudor y lágrimas, representó un antes y un después en el cine mexicano, aunque te voy a confesar que sí hay intentos fallidos de éxitos en el cine nacional, películas que quieres rescatar, pero por más que quieras, no puedes porque son algo malas, sin embargo, hay otras que, si bien no se llevan un Oscar, sí se llevan tu agrado y hasta tus aplausos.
La película me gusta, te la recomiendo, pero aquí entre nos y siendo brutalmente sincera…me quedo con la canción, ya que me trae muy buenos y bonitos recuerdos de mi primer amor, mi amor de la secundaria, ese amor que no tenía vicios, que no tenía juicios, que no tenía sexo, sólo pudor y algunas que otras veces lágrimas, pero de felicidad.
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