Bitácora 692.-
Escribe:- Joaquin de la Lama Corres.
“Nunca en la historia de esta organización se ha hecho algo realmente sustancial en beneficio de los pobres, pero nunca es tarde para hacer justicia. Hoy es tiempo de actuar contra la marginación atendiendo las causas y no solo las consecuencias.” Estas son algunas de las palabras que formaron parte del discurso que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pronunció en su intervención como parte del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas.
El asunto planteado antecede a la propuesta que de manera formal habrá de formular el Gobierno de México ante el pleno de la Asamblea General de ese organismo internacional, como parte de un plan global de Fraternidad y Bienestar que promueva la cultura de paz, a través de la solidaridad.
El Presidente de México coherente con sus principios y postulados es partícipe de que a medida de que se eliminen las desigualdades existentes, que se vieron profundizadas por las políticas neoliberales, y mejoren las condiciones de vida de la población mundial, muchos de los conflictos y tensiones que viven las sociedades actuales, pueden superarse y establecerse equilibrios que permitan un desarrollo sano de las colectividades.
Fiel a sus creencias, la propuesta planteada tiene a nuestro modo de ver 3 elementos destacables:
1) El origen de los recursos, que provendrían de aportaciones privadas y públicas, dos de esas fuentes del sector privado, a cargo de los poseedores de las fortunas más importantes o las corporaciones más destacadas y de una aportación del .2 por ciento del PIB de los países miembros del G 20, y en los que prima la libre voluntad de os aportantes.
2) Que el diseño del programa lejos de generar dependencias de la subvención, propicia formas de auto organización y participación colectiva, de manera que lo que se dé, adquiere la forma de un estímulo, una motivación para la participación de y en proyectos productivos específicos, que serán fuentes futuras de riqueza auto sustentable, además de que al fomentarse el desarrollo regional de actividades productivas refuerza la raigambre y el tejido social, para no hablar de los beneficios medio ambientales que tendría el extender la puesta en práctica del programa sembrando vida en toda la américa central.
3) Los apoyos deberían llegar de manera directa y sin intermediarios a los beneficiarios. Este es uno de los elementos claves de la política social del Presidente, que no desestima las capacidades organizativas e ideologizantes del trabajo colectivo, pero que apuesta por lograr la simplificación en la distribución de los recursos de manera que la mayor parte de los recursos no se pierdan, dilaten o se extravíen en laberintos burocráticos.
En suma, la propuesta de alcanzar un piso mínimo de satisfacción a las necesidades básicas para la población mundial más depauperada, podría ser el inicio de una nueva época.