El cuestionable pasado de Estampida
El puerquito chillón, un funcionario federal que anda de plañidera
5 de Febrero, el paradigma de una obra que huele mal
ORIGEN Y DESTINO
La efectividad de Estampida no se puede entender sin el fortalecimiento que le dio el PRI. El grupo de operación y movilización política de Francisco Domínguez fue construido para beneficio de su proyecto personal, no para su partido. El hoy gobernador, en sus inicios como dirigente de la UGRQ, pedía a gritos ser tomado en cuenta para alguna posición política en aquellos años donde el Revolucionario Institucional era dominado por Fernando Ortiz Arana. Sin embargo, nunca se le dio la estafeta para competir. Por ello, apuntó sus miras al PAN con el apoyo discreto, permanente, pero muy efectivo de Enrique Burgos García, su gran impulsor y padrino político, quien siempre lo ha colocado en la mesa del poder.
El andamiaje de Estampida está hecho con el apoyo sigiloso de muchos expriistas. Por eso, Pancho sabe bien –y siempre lo ha dicho en voz alta y baja– que el secreto del éxito de su estructura electoral depende del debilitamiento del tricolor, ya sea a base de billetazos o de posiciones. En aquellos años funcionó la estrategia porque los partidos fuertes solo eran dos: el PAN y el PRI. Los inconformes del Revolucionario emigraban, abierta o calladamente, a las filas de Acción Nacional por enojo o encargo pagado. Era la alternativa más viable para la subsistencia política. Hoy, la ecuación cambió: los partidos con mayor fortaleza, tanto local como nacionalmente, son el PAN y Morena. La gente del PRI ha tomado rumbo hacia otras latitudes y el crecimiento de la 4T no puede entenderse sin reconocer que la pirámide tricolor fue el gran impulsor del movimiento del “cabecita de algodón”.
Querétaro no es la excepción, aunque va más lento. Las fuerzas institucionales o los liderazgos reales del PRI están emigrando hacia lo que hoy se conoce como la ola guinda. Esto solo significa una cosa: los grupos de poder que en su momento fortalecieron a Pancho en sus triunfos napoleónicos y negociaciones a ultranza, hoy tienen la mira puesta en el crecimiento de Morena y su muy posible arribo a Querétaro en 2027. Las apuestas cambiaron después del resultado de 2024, que fue la prueba de fuego.
Hoy, diez años después de la creación de Estampida, ya no vale ni pesa lo mismo que en sus años de gloria. Principalmente porque quien lo creó ya no está en el proyecto ni en la boleta electoral, y la dirigencia nacional de su partido no lo tiene entre sus afectos. De eso, el exgobernador tiene pleno conocimiento, y por eso ha comentado –a cercanos y no tanto– que está evaluando propuestas de otros partidos. Quien dé más, ahí irá su resto.
Esto, sin olvidar que sus operadores políticos ya cargan años encima, y su efectividad no es la misma. Algunos incluso ya trabajan para otros colores. La anécdota de los Tres Mosqueteros aplica perfectamente al caso.
La estampida se da en la naturaleza cuando un grupo de animales sale corriendo porque se acerca su depredador. Si no lo cree, vea Discovery Channel.
LOS NÚMEROS NO MIENTEN
Como decía el “cabecita de algodón”: lo que no suena lógico, suena metálico.
La ampliación de Paseo de la República, durante el sexenio de José Calzada, costó alrededor de mil millones de pesos: fueron cerca de 19 kilómetros, con más de cuatro nodos de conexión a carreteras estatales y federales, y áreas de equipamiento.
Ahora, sobre Paseo 5 de Febrero, nadie sabe cuánto costó. Unos dicen que 4 mil, otros que 7 mil, algunos más que 9 mil… Incluso Gilberto Herrera ha dicho que, con todo e intereses, puede llegar a los 14 mil millones de pesos. La cifra es un misterio, igual que su explicación. Pero Toño Romero y el contralor Óscar García sí la conocen. El primero ajustó los números al bolsillo y la charola de Houston, y el segundo hace malabares para cubrir con la tapadera gubernamental.
La obra abarcó 6 kilómetros. Mientras tanto, el tráfico sigue. De los socavones y encharcamientos ni escribimos: se notan, son evidentes. Los ganones no fueron los ciudadanos, sino los funcionarios que pasaron el morral.
Mientras tanto, la obra sigue sin terminarse. Gilberto Herrera está en pleno baile, y Fernando González ya busca asegurarse con miembros distinguidos de la Cuarta Transformación.
¿Qué le hicieron?
EL NUEVO MUNDO
El Querétaro seguro que muchas y muchos disfrutamos ya no existe. La Bocha es un ejemplo de ello. Además, la maña está agarrando fuerza en la entidad. Tenemos a un secretario de seguridad con amparo en la solapa, privilegiando las fotos de pose —ya sea con su perro o disfrazado de policía rudo—, y por otro lado, a un secretario de gobierno descarrilando a sus contrincantes para quedarse con la candidatura en 2027. Los tiene a todos contrapunteados.
Sirve bien para la cortina de humo, no se niega. Pero no les interesa cuidar al gobernador, sino a sí mismos.
Vivillos los chicos.
ECUACIÓN EXTRAÑA
Gilberto Herrera, Beatriz Robles y el famoso regidor con marca registrada “AVSE” defienden acciones contra el Cártel Inmobiliario, pero han pasado por alto que la senadora Beatriz ha recibido en varias ocasiones, con foto incluida, a los abogados y dueños de Tierra Noble (“El Zapote & Co.”). Un distinguido balazo en el pie… con foto para el Face.
Lo peor: los está impulsando en los Tribunales Agrarios. Peor aún: Isaías Limón ya pidió protección porque está más que embarrado en el asunto. Y no se olvida que Amarildo, Bárbaras y Agustín también estuvieron en el negocio de la regularización.
Trompudos y puercos: no hay a quién irle.
Esta historia continuará… con asentamientos irregulares.
LIMÓN AGRIO
Resulta que el ex delegado del RAN Querétaro, Isaías Limón, anda presumiendo que tiene el aval del Ejército para ser enlace en el tema de regularización de tierras ejidales para el tren México–Querétaro.
Ojalá los green boys supieran que se llevó hasta el papel de baño de la delegación federal. Que pregunten a sus exempleados. Ya de los 200 millones sableados a los desarrolladores ni se espinga, igual que de los más de 15 mil títulos sin entregar (más los extraviados por encargo oficial).
Este, además de puerco, resultó chillón y cosquilludo.
Porque dicen que perro no come perro… pero sí tlacuache a tlacuache.
Desvergonzado.