Por. Karla Yunnuen
El universo se dio un respiro, un gran respiro de la especie humana. Situación que a muchos ha favorecido y a otros no tanto. Este receso ha dejado grandes consecuencias, la naturaleza por ejemplo ha recuperado territorio, los bosques, el aíre, el agua, el suelo, el subsuelo se han visto generosamente beneficiados por nuestra ausencia “voluntaria”. Soy fiel creyente que existe algo/alguien superior a nosotros (como sea que tu decidas llamarlo), ha sido el orquestador de esta situación mundial y le puso pausa a nuestra inexorable prisa de vivir, tener por tener, tener más y un poco más.
¡Es necesario hacer un cambio personal generoso!, un cambio que le convenga al mundo y haga de ti momento a momento tu mejor versión.
Este es el momento de sentir profundo y dejar de individualizar la pregunta hacia el ego ¿Qué necesitas de mí mundo?, porque es evidente que, somos la especie menos necesaria, más dañina, más pensante y menos sintiente.
La crisis llego a la vida de muchos a provocar un reordenamiento de prioridades y un despertar de conciencia, que nos ha llevado a ver minuciosamente nuestro actuar, pensar, decir y hasta nuestro vibrar.
Este momento es ideal para reflexionar sobre los cambios que elegimos conscientemente hacer en pro de un mundo mejor, por eso te dejaré aquí algunas preguntas que pueden servirte.
¿Qué estás dispuesto a cambiar durante el confinamiento?
¿Cuáles serán los cambios profundos que permanecerán contigo después de la contingencia?
¿Cuáles han sido los grandes aprendizajes de volver a casa?
¿Qué descubriste en ti que no sabías?
¿Cuáles fueron las mejores enseñanzas que te dejó tu familia en este tiempo?
Te puedo asegurar que haciendo un análisis de conciencia te darás cuenta, que este tiempo en cuarentena puedes aprovecharlo para generar una mejor relación contigo misma y así crear una mejor relación con el universo.
Mi intensión en este primer artículo es que captes que las vidas paralelas no existen, tu y yo estamos conectados de alguna forma y también estamos conectados con la naturaleza o con la vibración del mundo, sin importar de qué lado te encuentres.
Por eso es necesario que nuestra consciencia colectiva se acrecenté, se nutra, se multiplique y nos permitamos ser desde el valor del amor, el respeto, la solidaridad, el agradecimiento, la autenticidad, el poder (sin control) y la alegría.
Recordemos que este tiempo no ha sido para nosotros, pero el universo ha sido tan bondadoso que ha decidido beneficiarnos con lo esencial “vivir”.