Escribe:- Isaac Mejìa Hernández
Las estrategias, planes y políticas que generó el gobierno federal referente a tomar “Sana Distancia” y “Quedarse en casa” no han sido útiles para mitigar el exponencial contagio del COVID-19. Toda vez que desde la primera confirmación de coronavirus en México (28 de febrero) a la fecha, hay poco más quince mil contagios y cerca de dos mil defunciones. Resultado de esto es la falta de coordinación de los distintos niveles de gobierno y el máximo tinte político que se le da al tema.
Pero nuestro País, padece una afección grave y por lo visto permanente: Inseguridad. Esta enfermedad crónico-degenerativa tal parece no saber ni entender de contingencias nacionales. Datos recabados de los reportes diarios del Gabinete de Seguridad informan que en el primer mes de la pandemia en México (28 de febrero-30 de marzo) se contabilizaron 3,078 víctimas de homicidios dolosos y feminicidios, es la cifra más alta desde junio del 2018.
Cifras obtenidas de diferentes Fiscalías y Semanarios, refieren que, en el primer trimestre de este año, hubo 8,493 asesinatos, esto se traduce en 95 delitos por día. Pero abril tuvo dos días que rompieron récord. El 19 de abril fueron 104 los fenecidos y al día siguiente se registraron 105 occisos. Con base en esta información, se entiende la frase polémica de AMLO, al decir que “La pandemia nos cayó como anillo al dedo”, dado que esta contingencia pone en segundo término las otras problemáticas que sufre México.
López Obrador, cuando asumió su mandato el primero de diciembre del 2018, afirmó que la violencia irá en decremento si se ataca a la base de ella, la pobreza, falta de educación, sustento y oportunidades, aunado a esto la disminución del uso de la fuerza pública contra los delincuentes.
Esta exclusión social por causa de la pandemia, no ha sido tan criticada por el mandatario federal, como la que hubo el 9 de marzo; cuando gran parte de la población femenina decidió no asistir a sus actividades cotidianas como protesta del alza de feminicidios. Esperemos que pasando esta situación del COVID-19, se agilicen de igual manera las estrategias para mitigar este cáncer llamado inseguridad.