#Bitácoramultimedios 634
Escribe:- Isaac Medina Hernández
El pasado 15 de septiembre, se llevaron a cabo dos eventos por parte del gobierno federal, que pasarán a la
historia como las grandes mentiras de AMLO. El primero de ellos, fue la extraña rifa del avión presidencial,
la cual, fue una de sus promesas de campaña más fuertes, dado que, el político tabasqueño, criticó durante
todo el sexenio anterior la aeronave en la cual se trasladaba el presidente priista y juró que, en caso de obtener
el triunfo en los comicios del 2018, se vendería el Boeing Dreamliner e invertiría el dinero en programas
sociales.
Pero las buenas intenciones de nuestro actual presidente, no fueron razonadas ni mucho menos suficientes
para encontrarle un nuevo dueño al avión modificado, que fue adquirido por 218 millones de dólares y que
actualmente cuesta 130 millones. El mandatario, realizó el “sorteo” en el cual, la prima no era el Boeing “José
María Morelos y Pavón”. El premio consistía en la repartición de 2000 millones de pesos. Después de casi 2
años de haber tomado protesta como titular del ejecutivo federal y 6 millones de “cachitos” vendidos, el
avión, sigue estacionado, generando gasto al erario público. Confirmando lo dicho por el periódico The
Economist “Símbolo de excesos del pasado, signo de ineptitud actual”.
El segundo hecho, corresponde a “El Grito de Dolores” que, por supuesto, nadie resultó sorprendido de su
vacío: la celebración careció de altura y esplendidez, por el contrario, fue silencioso, melancólico y costoso.
La conmemoración del 210 aniversario del inicio de nuestra independencia tuvo un costo de 12.7 millones de
pesos, lo cual supera por tres millones de pesos al monto aplicado el año anterior. El escenario de este Grito,
fue trascendental, se vislumbró una plancha vacía, sin gente que aplaudiera o apoyara al presidente, ni grupo
musical que amenizara el evento.
AMLO estaba solo, frente a una de las plazas más grandes del mundo, en la cual se encontraba un mapa de
México contorneado con reflectores, una antorcha encendida que no cumplía con su finalidad de transmitir
esperanza y su polémica águila Juarista. Tenía todo lo material, menos lo indispensable, el apoyo y júbilo de
la gente.
Muchos ciudadanos, no compartimos los “vivas” de López Obrador, exclamados desde el balcón
presidencial. No puede decir que hay libertad, cuando censura a los medios de comunicación, habla de
democracia, pero critica y descalifica al INE, así como a la oposición, proclama igualdad y amor al prójimo,
pero cada mañana se encarga de dividir a México entre conservadores y liberales, pregona esperanza y
justicia, con casi 600 feminicidios y 16 millones de mexicanos en pobreza extrema.
Presidente, no sé que México está gobernando, pero en el país donde yo vivo, no hay nada que vitorear ni
celebrar.