Escribe:-Rafael Flores-
Al fondo de la luna del ropero,
el pregón de la lluvia-.
Tú duermes,
la casa grande duerme contigo.
Un rumor de alas cerca el jolgorio del cempasúchil
tarde adentro.
Del llano de San Francisco baja el griterío vespertino
de los juegos.
Todo es asombro de tarde,
al fondo de los ojos de niños de revueltos cabellos.
Asomo mi rostro a la ventana,
tu enojo se clava en mi pecho,
como el ancla del frío en febrero.
En los charcos hunde sus pies
el crepúsculo,
después,
entre el agua,
astros de fuego.
La noche en el horizonte se afirma,
sobre el empedrado rueda el olor del pan:
un crespón de nubes enluta el cielo,
el viento no halló refugio en los árboles,
no tiene rostro, rumbo;
ni puerto.