Bitácora 644.-Cultura
LA LEYENDA DEL CEDRÓN
(A la memoria de mi Abuelo Cayito)
“Cuando hables con alguien, mírale a los ojos”. SEC
Llovía torrencialmente
en la estancia del Cedrón
y como adorando el fogón
estaba todita la gente.
Dijo un viejo de repente
les voy a contar un cuento
pero alcáncenme un amargo
para suavizar mi pecho
que voy adentrar derecho
al asunto, porque es largo.
Haré fuerzas sin embargo
Pa’ llegar hasta el final
y si escucha cada cual
con espíritu sereno
verán como hombre exbueno
vino a hacerse criminal.
Allá en mis años de mozo
y perdonen la distancia,
sucedió que en esta estancia
hubo un crimen misterioso.
En un alazán precioso
llegó aquí un desconocido
mozo fuerte bien fornido
que al hablar con el patrón
enseguida quedó de peón
siendo después muy cumplido.
Al poco tiempo después
el amor lo picoteó
y el mocito se casó
con la hija del capataz.
Y así pasaron los años
muy felices en su choza
el fuerte y sin desengaños
ella, alegre y buena moza
y pa’ grandeza mayor
Dios les mandó con cariño
un blanco y hermoso niño
más bonito que una flor.
Pero motivos extraños
vinieron, y la traición
deshizo del mocetón
sus más preciados anhelos,
y el fantasma de los celos
se clavó en su corazón.
Un día, fingió una ausencia
dijo, que tenía un ganado
que llevar pa’ la Tablada
y que era buena volada
pa’ ganarse algunos pesos
y así entre risas y besos
se despidió de su amada.
A la una de la mañana
del otro día justamente
regresó el hombre de repente
convertido en fiera humana
de un golpe echó la ventana
al suelo en mil pedazos
y avanzando a grandes pasos
vio que su único amor
descansaba en otros brazos.
Como un sordo movimiento
enseguida se sintió,
un cuerpo al suelo cayó
y otro cuerpo en el instante,
Ni un gemido, ni un lamento
salió de la habitación,
y pa’ cumplir su misión
cuando los vido difuntos
los enterró a los dos juntos
donde ahora está este Cedrón.
En la estancia se sabía
que la ingrata lo engañaba
por eso la policía
no hizo caso mayormente
pues dijeron, la paloma
se fue con el gavilán,
Pero no, los dos aquí están
descansando eternamente.
¡Ay juna! gritó un paisano
si es verdad lo que habla el viejo
yo le besaría la mano
ese era un canijo.
Bésemela, bésemela, la mano hijo
yo fui el que mató
a su madre desgraciada
porque en una muy mala volada
con otro hombre la encontré.
Es verdad, .. venga viejo lo perdono
por lo mucho que ha sufrido.
Pero ahora tata, le pido,
que ya no la maldiga más
que una madre, siempre es madre
déjela que duerma en paz.
Edilzar Castillo. E.P.D.