Cada vez se complica más la definición de los personajes que se convertirán en candidatos para el próximo proceso electoral, y aún faltan 18 meses para la elección. Muchos andan desatados, y cada vez se suman más… De verdad, algunos de ellos, al levantarse, se observan en el espejo social y creen que pueden mostrar liderazgo para ser tomados en cuenta… Tanto de Morena como de Acción Nacional, o bien de Movimiento Ciudadano y el PRI… todos, absolutamente todos, han tenido que valerse de los cargos que les han sido asignados para tener visibilidad ante los ciudadanos…
Quedaron lejos aquellas autoridades morales que se ganaban el título de Don mediante el trabajo, la gestión, la cercanía con la gente; esos que orientaban, escuchaban o simplemente estaban ahí. De esos ya no existen, y si existen, son casi invisibles…
El que sabe calla; el éxito se nota sin gritarlo. Pero muchos se engañan con los aplausos, piensan que los impulsan al triunfo… y no ven que la envidia —ese mal social casi generalizado— no avisa, solo clava los colmillos. Hoy, como no ven opositores enfrente, le echan la culpa a los que hace años estuvieron en el poder… Pero la oposición ya viene, y desde el 15 de noviembre ya tienen a quién culpar… y porros para amedrentarlos.
Sin duda, los argumentos de los camioneros, los productores del campo, médicos, profesores y prácticamente todos los sectores de la población serán etiquetados como gente revoltosa, pagada por los conservadores para desestabilizar al gobierno. Tienen memoria corta: ellos protagonizaron las marchas más violentas que se recuerden y hoy, siendo gobierno, se espantan con una manifestación. Porque su proyecto de país es unísono, sin contrapesos, sin disidencia. Y entonces queda claro que los de izquierda son revolucionarios… mientras no saluden con la derecha. Hoy lo tienen todo y los otros que se jodan. Y sí, se les ha ido el país de las manos.
En lo local… nos dicen —y se entiende— que hay dos jugadores de élite dándose con todo por debajo de la mesa: Felipe Fernando Macías, representante de los neos del PAN, y Agustín Dorantes, de los duros. Ambos tienen curtidas las espinillas y ninguno cede. Pero están también los que observan: el relanzamiento de Marco del Prete, el trabajo sin aspavientos de Luis Nava, que lo mantiene como caballo negro.
En los municipios, lo más importante es perfilar al candidato o candidata a la presidencia municipal. Las mujeres traen sus propios jaloneos. En San Juan, quieran o no, encabeza Liliana San Martín; en Morena, Edgar Inzunza. Pero no descarten a Tania Ruiz ni a Rosa María Ríos; la lucha es intestina. Y todos observan los designios de arriba… pero lo piensan demasiado.
Aunque eso importa menos que la mayoría calificada en el Congreso. Y al tiempo… Quien la juega con más inteligencia es Mauricio Kuri —o el PAN— si pretenden fortalecer a Martín Arango. Presidencias municipales e incluso el gobierno son secundarios: primero el Congreso, luego lo que venga. Creo, sin temor a equivocarme, que desde hace meses Morena perdió la mayoría.
Porque déjenme decirles algo: los triunfos y las derrotas se gestan antes del proceso electoral. Pero de aquí en adelante, los enemigos políticos tendrán que ser aniquilados, porque si no, el regreso será inexorable. Y hablo, claro, de aniquilación política.
Es cuánto.
