Hoy la amenaza es real: los ciudadanos le tienen miedo a los gobernantes. Lo dice alguien que ha enfrentado al sistema, como es el jefe Diego. Explica que, para salir de este embrollo, las cosas deben invertirse: los gobernantes deberían tenerle miedo a los ciudadanos, porque son empleados de ellos, no sus capataces.
El tema se ha discutido mucho y se ha dicho de más; la sobreinformación también puede ser dañina, ya que hoy los ciudadanos opinan poco, participan menos y los gobernantes son presionados por las esferas del poder para colocarse del lado que conviene. Pero es necesario recordar que la izquierda, la derecha, los de centro o los que sean, viven y se fortalecen gracias a las decisiones de los ciudadanos. Por ello, urge que los hombres y mujeres de México tomen cartas en el asunto y participen activamente en política. De lo contrario, el país, cuyas instituciones tardaron décadas en construirse, se está derrumbando, y se escribe una historia que ya choca con muchas generaciones, que ven cómo se presentan nuevas realidades.
Los temas, digan lo que digan, escalan. Querétaro enfrenta una parálisis legislativa impresionante por la lucha por las posiciones en la mesa directiva de los próximos seis meses. La moneda está en el aire: unos dicen que hasta el 14 de octubre, otros afirman que ya se tomó protesta a la nueva mesa. Vienen demandas, dimes y diretes.
Los legisladores, sean del color que sean, también son empleados de los ciudadanos, pero hoy están enfrentados, generando una polarización social compleja. Los dos grupos —uno de Morena y otro del PAN— se acusan mutuamente de haberse “robado” la presidencia, y cada uno quiere tener la razón. No sería malo si se sentaran a la mesa y acordaran, porque como en la política, en el amor o en la vida diaria, unos ceden y otros conceden, pero siempre debe haber reciprocidad; de lo contrario, nadie saldrá bien librado.
La presidencia de esta mesa directiva durará seis meses, hasta marzo de 2026, en pleno proceso de selección de candidatos. Desde esa representación se mueven muchas cosas, además de los acompañamientos oficiales que no son ajenos. Ojalá ambos grupos se pongan las pilas; el “libro mágico” dice que es posible, pero el reloj debe estar bien puesto. Hoy falló, pero se resolverá. Mientras tanto, unos ganan y otros también… al tiempo y con un ganchito.
