El Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de San Juan del Río, desde su inicio hace 38 años, ha tenido una lucha incansable por el bienestar de los trabajadores.
Las críticas y los acosos a la dirigencia en manos de Gregorio López González no han cesado desde entonces, gobierne el partido que gobierne este municipio. Siempre en el filo de la navaja, el dirigente —tal vez pocos lo saben— también ha sido un gran operador político a favor de quien ocupa el poder en cada periodo… siempre con la esperanza de que a los trabajadores se les trate bien, porque esas son las promesas.
Roberto Cabrera no es la excepción: recibió de todo el gremio sindical un fuerte apoyo en la operación política para su triunfo en el pasado proceso.
Este sindicato es el dueño del contrato colectivo de trabajo, por lo tanto, si logra que se incremente un peso, incluso los funcionarios de primer nivel resultan beneficiados en sus salarios… nunca en contra. Si el sindicato consigue un día más de aguinaldo, también lo obtienen los trabajadores de confianza y los altos funcionarios.
Gobierno de Jorge Rivadeneyra y liderazgo interno
Durante el gobierno de Jorge Rivadeneyra —quien hoy alienta al SITAM—, la persona que conduce con tino y pericia al sindicato es, sin duda, Mónica Rodríguez Olguín. Sus apoyadores al interior del gobierno son gente con peso, con perversidad y con gran capacidad para desestabilizar al Sindicato Único.
Pero la experiencia y capacidad para manejar los temas laborales está, sin duda, en Gregorio López, quien ha sabido tejer una red de relaciones más allá del municipio que, en tiempo y forma, le favorecen cuando es necesario. Claro, todo tiene un costo… y se paga.
Apoyo a gobiernos y defensa de derechos
Gregorio López fue de los dirigentes que ayudaron al gobierno del Estado a resolver el conflicto en Cadereyta, soportó las descalificaciones a las que se expuso y no se quejó ante nadie. Hoy reclama lo que legalmente pertenece a los trabajadores: servicios de salud que se les han negado por los adeudos del gobierno a médicos y hospitales.
Sin embargo, para el administrador del municipio, el paro es ilegal, y ya amenazó con descontarles el día. En lugar de mediar, le pone más fuego al asador… pero no actúa solo, tiene un demonio en la oreja que le indica que lo haga… un demonio que ya perdió una ocasión con Gregorio y que volverá a perder.
Es más, tal vez incluso deje de trabajar en el municipio… al tiempo… parece que ya lo han boletinado y está en la mesa de Gobierno del Estado.