Por Raúl Rosillo Garfias
*** Hay muchas clases de política que se están dando en este ejercicio de sustitución del Gobierno de Querétaro, a 20 meses de que esto suceda. Primero, los adelantados: nadie está pidiendo el voto, pero sí lo están pidiendo tratando de demostrar quién es el más popular… y que quede claro: el más popular, no el más apto, no el más preparado, no el que de verdad tiene las expectativas suficientes para, con palabras, decirle a los ciudadanos cuál es el Querétaro que sueña heredarles a sus hijos y a los hijos de sus hijos, pero sobre todo a la sociedad en general… Hoy, estos políticos, casi todos con excepción de uno o dos, están buscando trascender solo para las próximas elecciones, no para heredarles a las futuras generaciones. Esa formación, ese ideal, parece que se ha desterrado de la mente de los que buscan suceder a Mauricio Kuri…
*** Aquellos grandes queretanos que no se atreven a mencionar los políticos modernos, porque se opacaría lo pírrico de sus trabajos a favor de la sociedad, intentan maximizar con palabras y con apariciones hasta graciosas sus actividades de mantenimiento de las ciudades, que es lo que les corresponde hacer, que es lo que tienen obligación de cuidar porque ya es un legado que recibieron… pero, de verdad, que obras futuristas que puedan promover sus logros… ni las tienen. Y como no existen, entonces intentan reescribir la historia de su estado y de sus ciudades, creyendo que con ello engañan a los ciudadanos… Las ciudades ya estaban ahí, las calles también, las colonias nacieron irregulares —muchas de ellas, más de 1000 en todo el estado— porque la necesidad empujó, porque no había trabajo, porque la política pública no ha respondido al galope de las necesidades… y en ello se fincaron oportunidades para algunos cuantos, con los desarrollos habitacionales, con la llegada de empresas, con la compra a precios irrisorios de tierras ejidales, medrando con la necesidad de los dueños de la tierra y, aún más, los pagos se los hacen pírricos y en abonos… a mil vueltas… pero ellos lo venden a precios de oro…
*** El silencio es el arma más poderosa contra la arrogancia, otro de los grandes cánceres de la política moderna y de todos los tiempos… y opera para todos, no solo para quien gobierna hoy, también para los que quieren gobernar. Luego de la exhibición de Andy, de Adán Augusto y de Luisa María Alcalde, hay que creerles a los analistas que dicen, claro, que Morena, cuando menos un sexenio más y adiós. Esta sociedad podría perder el silencio… y, a pesar de las encuestas a favor de la presidenta, ella solo representa un voto. Pero las instituciones, hoy vilipendiadas y vapuleadas, sin duda que los ciudadanos responderán, y fuerte… en todo el país, las campanas a vuelo guardarán silencio en el próximo proceso electoral… al tiempo… Los buenos seguimos siendo más… inclusive que el mismo gobierno…