Por Raúl Rosillo Garfias
*** Las amenazas, las presiones y la falta de diálogo llevaron a que trabajadores y manifestantes del Poder Judicial irrumpieran en la sede del Senado de la República. Aunque su entrada no fue violenta, sí fue firme y decidida, buscando ser escuchados ante la cerrazón de la bancada de Morena. Esta bancada ha sido señalada por la dirigencia del PRI y del PAN como corruptora y como secuestradora de un diputado de Movimiento Ciudadano para aprobar la reforma al Poder Judicial. Esta situación es calificada como lamentable y muy grave para México, especialmente a tan solo unos días de que López Obrador deje el gobierno. La oposición se encuentra en una posición difícil, y la justicia en México está en juego.
*** Los temas abordados son especializados, pero lo que está en riesgo son algunas libertades fundamentales, como la libertad de prensa, la libertad de expresión, el derecho a la manifestación, y el derecho a las reuniones y asociaciones. Parece que la reforma no ha puesto suficiente atención a estos aspectos, lo que obligará a la sociedad mexicana a mantenerse vigilante y esperar el surgimiento de verdaderos líderes sociales que representen las inconformidades ciudadanas. Los partidos tradicionales han olvidado estos principios, centrando su ambición únicamente en el poder. Aunque esta ambición es parte de su objetivo, la declaración de principios de todos los partidos debería priorizar siempre a la gente. A pesar de que la retórica de Morena ha entrado en una etapa de desgaste, la reforma al Poder Judicial, respaldada por una mayoría de cuatro votos, ha generado preocupaciones sobre los abusos y el servilismo en el Senado. La oposición seguirá resistiendo, ya que el verdadero valor se manifiesta en la defensa de la verdad y la razón, incluso frente a la derrota, como afirmó Guadalupe Murguía.
*** El PAN, Movimiento Ciudadano y el PRI votaron en contra de la reforma, pero las presiones y acuerdos lograron imponer la mayoría. A partir de ahora, se enfrentará una lucha desigual en las cámaras de senadores y diputados que podría redefinir la imagen de México. Se observará cómo reaccionan los mercados, los inversionistas y los gobiernos aliados con México. El oficialismo sigue imponiendo su agenda, y se necesita una oratoria que priorice la razón sobre la fuerza y el servilismo en ambas cámaras. La lucha continúa sin arrepentimientos.