Tan bella, tan conocida y tan despreciada.
Escribe Lic. Roberto Jiménez Salinas
De acuerdo a las varias definiciones que se le otorgan puede confundirse con el Folklore que de a cuerdo a la RAE (Real Academia de la Lengua Española) es un conjunto de creencias, practicas y costumbres de una región o pueblo y que pueden o no manifestarse a diario. La Cultura popular sin embargo engloba lo anterior y las prácticas cotidianas de determinados sectores de la sociedad en franca rebeldía con la llamada “Alta Cultura ó Cultura Académica”.
Del deseo de supervivencia surge la necesidad de mantener y proteger diversas actividades y creencias que identifican a un grupo determinado, población o región, ese deseo de mantener su pertenencia a un grupo o territorio, mismos sentimientos que en determinados momentos históricos dio lugar al nacionalismo o regio-nalización dentro de un país o territorio.
Llamada Cultura Académica cuenta desde siempre con patrones inamovibles, reglas claras y bien definidas en la investigación y creación de sus productos: música, teatro, literatura, danza, etc., Y tienen un creador que se respeta siempre. Considerada la academia para personas o grupos de elite económicamente pudiente y poco accesible para las masas, “la alta cultura” habla de cierto status social.
En la cultura popular no existen dichos patrones, no hay creadores visibles, aunque los tuvo no los reconoce, no se sabe de autores de miles de piezas de baile, canciones, historias diversas, recetas de su ancestral gastro-nomía, técnicas de elaboración de bordados, deshilados, artesanías etc., solo le importa que el producto de esa autoría sea conocido, protegido y valorado por el grupo social para que sobreviva.
La cultura popular es un elemento importante para el desarrollo de un pueblo o nación ya que no se encuen-tra peleada con el desarrollo económico o tecnológico, al contrario, en la menor oportunidad se fusiona con las nuevas tendencias y sin eliminar sus raíces permite que sus brazos crezcan adaptándose a los tiempos en un largo proceso de hibridación o sincretismo.
La cultura popular es entonces aquella que surge del pueblo en su devenir histórico, sirve al pueblo que la hace suya y ambos se protegen en una simbiosis muy particular.
Sin ánimo de ofender y como un simple trabajador de la cultura del pueblo, puedo decir que la cultura popu-lar no tiene nada que envidiar a aquellos que se la dan de intelectuales.