“El mundo busca, personas que digan la verdad sin temor al mundo”. SEC
A veces creo
en la desconexión del cerebro
de su fuente de luz,
entonces, se dispersan imágenes y sonidos
en la orilla del viento.
Sentado en la esquina
de mi esquizofrenia
mi carga se aliviana
como vapor, como quimera
me envuelve
se pierde
por la boca de la noche.
En estado líquido
regreso
de dentro hacia afuera
me fatiga
la inactividad.
Produzco, nada produzco,
pues lo que tengo dentro
me desplaza
a una tempestad
de callado dolor.
Precipitado
en reposo,
mueren mis fantasías,
huérfano,
busco una cirugía
para mi alma
para estar en otro lugar
quizá en el dorso
de la realidad.
Sumiso,
regreso a soñar
cosas difusas
inalcanzables
insoportables
por mi fragilidad
porque ellas son corpulentas.
Me sujeto
a una conclusión,
camino
domesticado
en una lucha imperfecta.
Sólo cubro las heridas
mientras duran las cosas
que dividen mi vida
en pequeños días,
minutos y segundos.
Invento conceptos
aunque,
no me doy a entender
quizá
por mi locura,
transformo lo elegante
en ridículo.
Mi parte inmaterial
que siente y piensa
se transforma también
en sustancia adherente
se evapora,
se desliza
como un globo
errante
sin rumbo.
Junto al río
de mi niñez
junto al abuelo
con él,
vuelvo a ser niño
con las aves
cerca de la tenue alambrada
de la muerte.
Mientras se cierran los programas
se apaga el equipo
descompongo mi ipseidad
para comer frijoles,
sigo drenando miedos
por la piel. Edilzar Castillo.- E.P.D.