Respecto un dictamen con proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 19 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de prisión preventiva oficiosa, en la Sesión ordinaria del martes 19 de febrero de 2019.
Con su permiso, señor presidente.
En el PRI estamos totalmente a favor de combatir la corrupción, el robo a combustibles, la violencia sexual, el enriquecimiento ilícito, el robo a casa habitación, el feminicidio, el robo a transporte, los delitos electorales y todos y cada uno de los delitos que en las últimas semanas se han venido discutiendo con motivo de la reforma del artículo 19 constitucional.
Pero lamentamos profundamente la simulación, la payasada que se llevó a cabo con el nombre de Parlamento Abierto, una vez más, una vez más se la hicieron a la sociedad.
Lamentamos profundamente que hayan venido organizaciones internacionales, organizaciones de la sociedad civil, expertos, académicos a compartir su tiempo aquí con nosotros, a verter sus opiniones, a ayudarnos a hacer las cosas bien.
Y que lamentablemente se haya hecho oídos sordos a todas esas recomendaciones y lamentamos aún más, que al paso de estas semanas, se hayan puesto sobre la mesa varias propuestas emanadas de la sociedad, de esos académicos, de esos especialistas, que son, por mucho, mejor a la que hoy ustedes están presentando.
Propuestas que no violentan los derechos humanos, propuestas que atacan de fondo, de raíz el problema, y que lamentablemente pues no hayan sido más que una pérdida de tiempo.
Me pesa mucho, de verdad lo digo, me pesa aún a mí, que no espero absolutamente nada de ustedes, ver cómo le fallan a México.
Ver cómo se han vendido ante la sociedad mexicana como algo distinto, como algo diferente, y que hoy confirman que no son nada más que lo que han venido criticando durante muchísimos años.
Pero bueno, al final esa es una factura que ya la sociedad mexicana les cobrará, y miren, que se lo decimos quienes hemos pagado ya facturas, esa es una factura que a ustedes les van a cobrar.
En las últimas semanas, en discusiones, en mesas de análisis, se pusieron sobre la mesa propuestas, alternativas que atacaban de fondo.
Me sorprende mucho, porque sé que hay algunos de ustedes que sí entienden del tema.
Sé que algunos de ustedes que comprenden que la solución que plantean no es más que una mentira, una simulación.
Que el problema no se va a resolver por ampliar el catálogo de delitos con prisión preventiva oficiosa.
Hay algunos cuantos, y ustedes que lo saben, y que lo hemos discutido en varias mesas, que lo comparten, que comparten incluso que las propuestas que trajeron a estas mesas la sociedad civil, los organismos internacionales, son por mucho, mejor que la que hoy se está discutiendo aquí.
La verdad es que es lamentable ver cómo la cerrazón y la soberbia se apoderan.
Pero además me duele mucho ver cómo, quienes en varias mesas coincidieron con esas propuestas de la sociedad, no tienen el valor ni el coraje para enfrentar, para sostener, para defender esas propuestas.
Para decirle a quien se le tenga que decir que esa propuesta era mejor, que esa propuesta se trataba de darle una solución a México.
Que esa propuesta se trataba de realmente combatir estos delitos que tanto daño le han hecho a nuestra sociedad.
En fin, insisto, no queda más que reconocer que son más de lo mismo.
Saben que eso no va a permitir dar resultados, ustedes saben que la propuesta que hoy se discute al paso del tiempo, simple y sencillamente no dará los resultados que las mexicanas y los mexicanos merecen.
Saben perfectamente que no es más que una mentira, y saben que esas propuestas de las que estamos hablando, que atacan la raíz, el fondo, la deficiencia, porque la deficiencia es una deficiencia procedimental.
Esa deficiencia procedimental que hoy podríamos estar aquí discutiendo, y que es tristísimo que no se hayan dado esa oportunidad, porque creo que cada uno de ustedes quiere hacer las cosas bien, yo todavía les concedo el beneficio de la duda, de creer que genuinamente quieren hacer las cosas bien.
Pero hoy simple y sencillamente han decidido hacerlas mal, las han decidido hacer mal, no sé si porque, insisto, no han tenido el valor de defender, de enfrentar, de explicar por qué estas propuestas eran mejor, o simple y sencillamente porque no los quisieron escuchar.
No sé cuál de las dos me preocupa más, pero las dos son muy lamentables, y las dos significan fallarle a México.
En el Grupo Parlamentario del PRI nos hemos sentado a lo largo de todas estas semanas de discusión, con una visión de construcción, porque eso es lo que nosotros sabemos hacer, construir a este país.
Nos hemos sentado con una visión de construcción, y el que tenga argumentos para decirme lo contrario, que tenga argumentos para decir que en las últimas semanas el PRI se sentó poniendo toda su energía y toda su disposición a ayudarles a hacer las cosas bien, quien pueda decir lo contrario que lo haga, porque me consta el trabajo de mis compañeras y de mis compañeros en el grupo parlamentario por abonarles, por construir, por buscar hacer las cosas bien, de la mano de ustedes y de los demás grupos parlamentarios.
Pero si ustedes no lo creen, quizá es porque no estuvieron involucrados en la discusión, insisto, el que tenga argumentos para debatir esa altura de miras, esa visión de construcción, esa visión de cómo sí, con la cual las y los diputados del PRI nos hemos conducido en todo momento en esta discusión, que venga y me lo diga.
Que quede muy claro, en el PRI siempre vamos a ver por México, nuestras voces siempre serán para construir, nuestras voces siempre serán para construir.
Ojalá que la soberbia no les nuble la razón, ojalá que aprendan a construir y no a imponer, porque eso es lo que necesita este país.