Por Raúl Rosillo Garfias
Poco o nada nos importa el calentamiento global, poco y nada nos interesa si se propician incendios y si hay o no plantas endémicas de las que tardan años y hasta décadas en alcanzar tamaños más o menos regulares… la inconsciencia, y la irresponsabilidad humana ha llegado a límites insospechados, en todos los casos y de acuerdo con datos recabados por #bitacoramultimedios, prácticamente todos los incendios han sido error humano.
Esto ha obligado a la SEDENA a implementar el plan DNIII para proteger a la población y para ayudar a Protección Civil, a Bomberos a los brigadistas de la CONAFOR y de algunas otras dependencias a combatir el fuego, poniendo en marcha este plan en su “fase” de Auxilio, así sucedió en Landa de Matamoros en la Lagunita, en Tancoyol, en el Cerro de los Gallos y también en Tequisquiapan en el Cerro de la Trinidad y ahora nuevamente en este municipio en el cerro de la Laja.
Si se contabiliza por hectáreas, tendría que hacerse sumas, en Landa de Matamoros se calculan más de 15 hectáreas afectadas, 10 en Tancoyol, diez en Fuentezuelas en Tequisquiapan… y unas 400 en el cerro de la Trinidad… un hecho que fue minimizado en tiempo real, de acuerdo con el testimonio que se tiene en videos y en fotografías y grabaciones realizadas por #bitacoramultimedios.
La aplicación del Plan DN-III-E en ambos sucesos se llevó a cabo en coordinación con autoridades civiles de citados municipios, sin representar algún riesgo a la ciudadanía….Lo anterior, de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea, la Ley General de Protección Civil y muy particularmente respondiendo a nuestras 4/a. y 5/a. misiones generales del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos: “auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas” y “en caso de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas”. Con acciones como estas, el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos refrendan su compromiso con la población civil de velar y salvaguardar su bienestar.
Pero no es el hecho de hacer uso de las fuerzas armadas, o de poner a trabajar a Protección Civil o a los Bomberos Voluntarios, que se han preparado para combatir este tipo de siniestros… el caso es que los ciudadanos y sobre todo la naturaleza sufren daños irreversibles… ahora esas zonas quemadas hay que acordonarlas, hay que dejar que se regeneren los suelos y que se vuelva a poblar la superficie de vegetación nativa… y en caso de considerarse necesario, hay que ayudar a la zona a recuperar su masa vegetal perdida… pero esta debe estar libre de ocurrencias y se debe consultar a los vecinos y a quienes han vivido en cada zona… ellos son los mejores consejeros.