Bitácora 683.-
Por: Pedro Alfonso Ochoa Ledesma
Ante la circunstancia de coincidir en la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el miércoles 25 de agosto de éste complicado año 2021, con el Lic. Juan Pablo de León Murillo, director de comunicación social de Caja Popular Mexicana, en el Foro sobre Cooperativismo Tridimensional, donde también se le hizo un reconocimiento al Lic. Luis Ugalde Monroy, precursor desde 1956 de las cajas populares en el Estado de Querétaro, aceptando la invitación para colaborar en el espacio Agenda Cooperativa de la Caja Popular Mexicana, con gusto les comparto mi primera aportación, agradeciendo la oportunidad que se me brinda.
En 70 años, considerados a partir de 1951, cuando surge la primera caja popular en nuestro país, con el nombre de “Caja Popular León XIII” en la CDMX, no ha sido nada sencillo para el cooperativismo de ahorro y préstamo con propósitos sociales, al tener que transitar por severas crisis de credibilidad, ideología, legales y tecnológicas.
La difícil situación que a la fecha vivimos, provocada en el mundo por la emergencia sanitaria del brote de Coronavirus (COVID-19) notificado por primera vez en Wuhan, China el 31 de diciembre del 2019, emergencia que fué reconocida por la OMS – Organización Mundial de La Salud- como pandemia el 11 de marzo del 2020, se han generado consecuencias con severos estragos, acentuándose la brecha socio-económica de todos los países del orbe, particularmente de los que están en vía de desarrollo, como es el caso de nuestro México.
Ante lo anterior, considero que debemos generar, animar e impulsar una mayor participación ciudadana, favoreciendo principalmente a los segmentos de la población de ingresos bajos y medios, revalorando el importante potencial que puede tener éste modelo cooperativo de ahorro y préstamo con enfoque social y solidario, para coadyuvar en la reconstrucción de las condiciones de la calidad de vida de los mexicanos, con el propósito de buscar el bienestar personal, familiar y de la población, generando economías de escala con diversificación económica para beneficio común.
Es imperativo mencionar que, es necesario actualizar y adecuar el marco jurídico mexicano, exigiendo a los representantes ciudadanos y gobernantes en turno, para que se regule y garantice la eficacia del cooperativismo de ahorro y préstamo, buscando el crecimiento de la economía en beneficio de los mexicanos de menores ingresos, cuidando que no se preste para actividades ilícitas, evitando tanto el lucro como la especulación y, con el propósito mayor de ayudar a combatir la pobreza, para que puedan surgir así opciones viables de progreso.
Busquemos entre todos los caminos, desde el mismo gremio de cajas o sociedades cooperativas con objetivo social, la parte educativa de las universidades y por supuesto la parte legislativa que les corresponde a los Congresos estatales y federal.
De no corregirse el rumbo, corremos el riesgo de que se siga aumentando la pobreza, con los consecuentes efectos sociales, ubicándose entre varios de ellos, la continuación de la desintegración del tejido social mexicano y la misma delincuencia, llevándonos más al sub-desarrollo como país.
Tomemos el desafío haciendo lo necesario, fortaleciendo este sector del sistema financiero mexicano, siendo proactivos, asertivos, justos y solidarios.
*Contador Público egresado de la UNAM con maestría en finanzas, ex dirigente de cajas populares, con 14 años de colaboración como maestro de tiempo libre en la FCA de la UAQ. [email protected]