Nota por : Alma Moronatti
Uno de los sucesos más extraños que se dieran en La Pampa ocurrió el martes 9 de agosto de 1983, en un campo que se encontraba a unos 20 kilómetros al norte de la localidad de Winifreda, el hombre dedicado al campo, Julio Platner se enfrentó cara a cara con lo que él mismo definió como “seres extraños” que se encontraban dentro de un “aparato” que según su versión de los hechos no pertenecían a este planeta.
Concretamente, el martes 9 de agosto de 1983, el Sr. Platner abandonaba un campo cuando una luz potente y un ruido especial lograron despertar su atención.
En aquel tiempo, Platner sostuvo ante la opinión pública que “cuando me bajé a abrir la tranquera es como si alguien me hubiese puesto un reflector en la cara, como de una soldadura autógena, eléctrica que despide muchos rayos y a una cierta distancia hay que cubrirse la vista, yo simplemente vi eso, después de allí no recuerdo más nada”.
Posteriormente, Platner aseguró encontrarse “como en un sillón de los que utilizan los odontólogos”. En ese momento descubrió para su sorpresa que tenía la camisa arremangada y quiso ponerse de pie aunque no pudo debido a una fuerza extraña e incomprensible para él. Luego de un tiempo, la sala se vio iluminada por la presencia de seres nunca antes vistos por Platner. Eran cuatro.
Las paredes del lugar parecían haber sido tapizadas. En aquella especie de habitación había una luz muy extraña que no producía sombras.
En sus declaraciones, Platner describía ese lugar como “algo esférico que estaba cubierto digamos como si estuviera tapizado, lo que yo nunca vi, estaba tan claro como si fuese de día, no pude distinguir de dónde provenía la luz, porque allí no había nada, un foco, una luz, una fuente. Estaba claro, muy claro; con una tranquilidad terrible, era algo como para quedarse toda la vida”.
En ese momento, sintió la tranquila presencia de cuatro seres extraños, aparentemente, si bien “no eran humanos” él supuso que se trataba de tres humanoides con forma masculina y “una mujer”, todos con cuerpos “atléticos”.
El testigo se dio cuenta de que los seres poseían ojos que inspiraban confianza. Eran “saltones, opacos, grandes y sobresalían del rostro”, a la vez que no poseían párpados.
A su vez, las orejas estaban solapadas al cráneo. Al igual que en los humanos, las manos tenían cinco dedos mientras que la mujer parecía ser más delgada que los hombres. Todos carecían de pelos.
Platner intentó comunicarse pero no pudo, repentinamente “sintió una respuesta sin escuchar voces”. Los seres le transmitían tranquilidad y que “casos como el suyo había miles, que si quería podía contarlo. Algunos le iban a creer y otros no”.
Posteriormente le pusieron una especie de tubo en la mano izquierda, aunque no sentía presión. Platner observó sorprendido cómo la sangre ascendía por el tubo sin presión.
En aquel tiempo, Platner declaró que el que “estaba a mi derecha tenía una de las manos sobre mi hombro; yo veía que la mano estaba apoyada pero no sentía ninguna presión. Quise tocarlo y me encontré como si estuviera rodeado por un envase de vidrio, como un cristal invisible”.
Luego de que le sacaran sangre se incorporó sin mayores problemas. Aquí Platner calcula que la experiencia “duró aproximadamente entre 30 y 35 minutos de los que él tan solo recuerda unos 7 u 8” y nota que “no tenía el reloj, ni el pulóver, ni la campera y no recuerda si llevaba el anillo”.
Después de experimentar esta situación, Platner detalla que “cuando quiso caminar, se encontró simultáneamente dentro de su camioneta, con las manos sobre el volante”.
Al encender las luces de su camioneta, se cayó en la cuenta de que se hallaba a 19 kilómetros de donde había salido. Se encontraba en la Ruta Nº 11, que une la Ruta N° 35 con Villa Mirasol.
Platner regresa a su hogar y al principio no le cuenta lo sucedido a su esposa, aunque luego de que le preguntara cómo estaba, decide relatarle a su pareja todo lo que le había pasado en las horas anteriores. Su esposa decide creerle y le indica que debía dirigirse a un médico.
Más de tres décadas después de esta extraña experiencia, Julio Platner murió. Fue un martes 19 de septiembre de 2017, cuando tenía 67 años.