Por Jerónimo Gurrola Grave
Una de las notas más comentadas en este inicio de año 2023, sólo después del tema de la guerra que se dio en Sinaloa entre personas dedicadas al narcotráfico y las Fuerzas Armadas, alentada por la política de los abrazos del gobierno, es sin duda la humillación y el descaro que, como regalo de navidad y año nuevo, hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador a los mexicanos inocentes y de bajos recursos, que han confiado en su palabra. Así se vio en su conferencia mañanera del 4 de enero, al revelar que su gobierno ayuda a los más pobres por estrategia política, para tener quién defienda a la llamada Cuarta Transformación.
Dijo con mucho énfasis: “Entre los pobres que reciben ayuda contamos con apoyo seguro para defender nuestro proyecto de gobierno, no como en las clases medias, ni con los de arriba, ni con la “intelectualidad. “Ayudando a los pobres va uno a la segura, porque ya se sabe de que cuando se necesite defender, en este caso, la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos”.
Mencionó que la ayuda que su gobierno presta a los más pobres no tiene una motivación personal, no es por convicción, porque esté pensando en las carencias de los más necesitados. “Es un asunto de estrategia política”, confesó con descaro.
Hábil para manipular y engañar a la gente inocente, reveló nuevamente su verdadera concepción sobre los pobres, tratándolos como mendigos muertos de hambre, sobrevivientes de la caridad pública a los que basta arrojarles alguna tarjetita como pasa con los adultos mayores, los estudiantes de preparatoria y los jóvenes que no estudian ni trabajan, aunque sea de sus propios recursos para mantenerlos felices, o como dice: “para ir a la segura” con su apoyo.
No es la primera vez que se expresa así. Igual hizo en 2019, cuando al defender sus programas sociales comparó los apoyos que reparte a las personas en situación de pobreza, con la atención a mascotas: “La justicia es atender a la gente humilde, a la gente pobre. Esa es la función del gobierno. Hasta los animalitos -que tienen sentimientos, ya está demostrado- ni modo que se le diga a una mascota: ‘A ver, vete a buscar tu alimento’. Se les tiene que dar su alimento; pero en la concepción neoliberal todo eso es populismo, paternalismo”, dijo.
En mayo y diciembre de 2021, usó la misma expresión al decir que el apoyo a los más pobres era una vía segura para lograr transformar a México en un país más igualitario, usando el slogan desde el 2006 “por el bien de todos, primero los pobres”. Y aconsejó a los jóvenes de familias de bajos recursos que son “aspiracionistas”, a quienes se interesen en la política, que nunca olviden que “los pobres son muy agradecidos y leales”.
Con el argumento de combatir la pobreza, conforme se acercan las elecciones de 2024, los adultos mayores recibirán a partir de este año un incremento de un 25 por ciento, 4 mil 812 pesos bimestralmente, 601 pesos semanales; y los jóvenes que no estudian ni trabajan, pero sí votan también serán gratificados con 6 mil 311 pesos mensuales, a través del programa pomposamente llamado, “Jóvenes Construyendo el Futuro”. Los estudiantes de bachillerato con un incremento del 5 por ciento, con la beca Benito Juárez cobrarán 875 pesos mensuales, y la Secretaría del Bienestar ya planea adelantar el apoyo social en los estados de México y Coahuila, donde habrá elecciones para gobernador.
“Todo lo que se resuelve con dinero es barato” es la máxima de los políticos, sobre todo si es poder, el mejor negocio del mundo. Pero los mexicanos debemos saber que es absolutamente falso que la limosna y la caridad pública sirvan para combatir la pobreza y hacer de México un país más igualitario. AMLO es un artista de la demagogia, la manipulación, el soborno y del chantaje. Compra conciencias con el mismo dinero del pueblo a cambio de acabar con la seguridad, obras de infraestructura, la salud y educación de los mexicanos. Nada vale la pena por tanta humillación.