Curso en la Universidad Autónoma de Querétaro Campus Tequisquiapan
Joaquín Antonio Quiroz Carranza
El uso de las plantas y sus propiedades medicinales para recuperar y conservar la salud del cuerpo y del alma, ha sido una práctica que ha acompañado a múltiples especies biológicas, el ser humano, como buen homínido, aprendió por imitación, observando lo que hacían otras especies. A través de la observación, del ensayo y el error y la continua experimentación el ser humano pudo tomar el cielo por asalto y aprender los secretos de la naturaleza.
Durante cientos de años, antes de nuestra era y ya en ella, el ansia de saber y el deseo de mejorar la calidad de vida de las poblaciones fue una constante, el pecado original, no es otra cosa que el hecho de comer el fruto del árbol del conocimiento y así como Eva lo hizo en la etapa prístina, en los siglos subsecuentes muchas mujeres asumieron ese ejemplo y construyeron un basto conocimiento herbolario, el cual para evitar que cayera en manos de seres oscuros lo guardaron celosamente, escribiendo en clave los nombres de las plantas en sus gruesos libros: “alas de murciélago”, “patas de rana”, “cuerno de cabra”, “ojo de sapo” y así sucesivamente, hoy esos nombres se escriben en latín y se conocen como nombre científico y se aglutinan en una larga taxonomía biológica.
La Edad Media con sus prejuicios, sus avaricias, perversidades y frustraciones creó al santo oficio y la santa inquisición, arma legal para la acumulación originaria del capital que permitió la emergencia del capitalismo. Durante esos siglos de oscurantismo, la fuerza de la iglesia y del estado se lanzó fundamentalmente contra las poseedoras del conocimiento: las curanderas, para destruirlas se creó una red social fundamentada en la ignorancia y el miedo, de allí nació el epíteto bruja y con ella la cacería. Millones fueron ahorcadas, torturadas, quemadas en la hoguera, ahogadas, violadas por los representantes de la iglesia católica y protestante, con la autorización de papas y clérigos.
La llegada del capitalismo y del método científico devino en la satanización de todo aquello que la mente positivista no podía medir, pesar y observar, esto trajo un cisma, una separación entre conocimiento “científico” y saberes populares. La herbolaria, atacada por diversos frentes sobrevivió con la fuerza de los pueblos, y hoy, invicta, retoma su lugar, del cual nunca debió salir: el corazón de la gente, que tras más de un siglo de sentir en carne propia los estragos de los efectos secundarios de los fármacos sintéticos, paulatinamente regresan al mejor lugar del mundo, la naturaleza.
Como una forma de contribuir a difundir la historia, actualidad y perspectivas de la herbolaria, la Universidad Autónoma de Querétaro en coordinación con El Ahuehuete, herbolaria ha iniciado una serie de actividades de divulgación, por ello tras una primera emisión con 21 asistentes, se reedita el curso “La herbolaria: orígenes, actualidad y perspectiva” mismo que se llevará a cabo los días Martes 25, miércoles 26 y jueves 27 de julio de 2023 de 9:00 a 13:00 HRS en el campus Tequisquiapan de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Todos aquellos que estén interesados en participar deben comunicarse al cel. 427 107 95 94 con María Elena Méndez o enviar correo a: [email protected]; [email protected]