Bitácora 689.-
Escribe Claudia Asúnsolo Rivera
Recordar y honrar a los ancestros, a nuestros seres queridos que ya han fallecido, es el sentimiento de fondo tanto de Halloween como del Día de Muertos.
Los antiguos pobladores de Europa, los llamados celtas, creían que con la llegada del Halloween (inicialmente llamado, Samhain) la línea que separa este mundo con el de los muertos, se estrechaba y los espíritus buenos y malos podían pasar a través de ella.
Esa noche usaban máscaras y disfraces así como calabazas con caras marcadas, (inicialmente eran nabos candentes) para ahuyentar a los espíritus malignos; quienes los usaban eran recompensados con dinero o comida por realizar esa labor.
Por su parte, para los mexicas, la muerte no era considerada como el fin de la vida, sino como una transformación en la que el cuerpo se desvanece, pero el alma perdura. Por eso celebraban la muerte como un regreso al origen, un paso a la trascendencia. Se celebra la muerte para honrar la vida.
La tradición dice que en estos días, las almas de los parientes fallecidos, regresan a casa para convivir con los familiares vivos y para nutrirse de la esencia del alimento que se les ofrece en los altares.
En Samhain se celebraba también el fin del otoño y la preparación para el invierno, durante el cual la tierra descansaría, por lo que se hacían fiestas en las que las mujeres bailaban a la luz de la Luna entre fogatas. Tiempo después, la Iglesia Católica empezó a expandirse y cuando llegó a Europa, y se encontró con estos ritos, le resultaron incomprensibles por lo que tergiversó su significado e intentó prohibirlos, se les satanizó e inició también el mito de las brujas.
Por su parte en México, el intento de los españoles y de la Iglesia por erradicar la costumbre de venerar a los muertos, dio como resultado el Día de los Santos Difuntos o de los Fieles Difuntos.
Para dar vida a estas tradiciones, la Universidad Mondragón México (UMx) realizó varias actividades a fin de fomentar una sana y alegre convivencia entre sus alumnos y sembrar en ellos el arraigo de su celebración.
La primera actividad se realizó el 26 de octubre y consistió en invitar a los estudiantes a preparar su propio pan de muertos. Ese mismo día por la tarde, se llevó a cabo en la explanada de la universidad, un concurso de diseño y decoración de calabazas. Además, los alumnos decoraron aulas y pasillos de la universidad.
El día 28 se proyectaron películas de terror en el auditorio de la UMx con un pasillo muy tenebroso y tuvo lugar la premiación del concurso de calabazas de los alumnos de todos los semestres.
Para el día 29 se invitó a los jóvenes a escribir una carta dirigida a algún ser querido fallecido, a manera de que sea un pequeño homenaje con la actividad Feeling the Letter en la explanada principal.
También los estudiantes pudieron disfrutar de un delicioso pan de muerto que se les entregó en cada uno de sus salones.
Así pues, en ambas festividades –Halloween y Día de Muertos- se celebra la visita de nuestros seres queridos fallecidos. Cada año, la UMx realiza actividades para mantener estas tradiciones y este no fue la excepción.