Por Jerónimo Gurrola Grave
Dirigente estatal del Movimiento Antorchista en Querétaro
Dirigente estatal del Movimiento Antorchista de Querétaro
“Un verdadero gobierno popular, que se proponga acabar
con el modelo explotador e injusto del neoliberalismo,
que quiera hacer el bien a fondo al pueblo trabajador,
no puede atacar a las organizaciones populares”.
Aquiles Córdova Morán
El Movimiento Antorchista Hidalguense, como en todo el país, apegado a la constitución y a las leyes que de ella emanan, pero al mismo tiempo exigiendo los derechos que nos conceden, ha roto el silencio y levantado la voz reclamando justicia y el tan prometido bienestar en estos tiempos, para los miles de campesinos, colonos, obreros, estudiantes, profesores y amas de casa, generadores de la riqueza que se produce a nivel nacional.
Como escribió bien hace unos días la profesora Guadalupe Orona Urías, dirigente de los antorchistas de esa entidad y perseguida política del gobierno estatal por defender los derechos de los hidalguenses, particularmente de los campesinos otomíes, nahuas y huastecos: “los antorchistas no sólo hemos trabajado y luchado por una vida material más digna, por llevarles obras como caminos, agua, luz eléctrica, clínicas y escuelas, también les hemos enseñado a leer y escribir a niños y jóvenes, a declamar y a bailar, y hemos sembrado en ellos espíritu de solidaridad”.
Y agregó: “les hemos enseñado a los desposeídos a construir una organización de lucha y de fraternidad. Por eso, ante los ojos de los poderosos, de los acostumbrados a no hacer y a la vez hacer mucho daño a la sociedad, somos como organización, un verdadero peligro que hay que combatir como a la peste”. Y en efecto, desde su nacimiento al Movimiento Antorchista se le ha combatido por la mayoría de los grupos caciquiles que han tenido el poder del Estado y la nación con acusaciones, calumnias y campañas de linchamiento a través de los medios de comunicación, y represión física y administrativa.
Así se enmarca el injusto e ilegal encarcelamiento con lujo de violencia y su inmediata vinculación a proceso del activista, Domingo Ortega Butrón, presidente de la Cooperativa Antorchista “Transportes del Valle”, ocurrida el 15 de junio, acusado del delito de ataques a las vías de comunicación, cuando fue citado a la Secretaría de Movilidad, al siguiente día de que choferes de esa ruta de transporte fueran detenidos y sus unidades llevadas al corralón, luego de una agresión sufrida por elementos de la policía estatal, por transportar a estudiantes y profesores que protestaron para exigir el pago de los salarios de estos últimos, retenidos desde hace meses.
Pero esta actitud de represión política no sorprende a nadie; es una agresión más del Estado, que denota todos los días al Movimiento Antorchista y a sus líderes sin demostrar ninguna de sus calumnias y acusaciones.
Vergonzoso papel está jugando también en esta perversa represión, el secretario de Movilidad y Transporte, José Luis Guevara y la juez que tiene en sus manos el caso quien sin ningún rubor y atropellando toda legalidad, obedeciendo las órdenes para acusar y aprehender a Domingo Ortega, cuando saben perfectamente que no hay delito.
Sabemos que en México es común que los funcionarios y poderes estén al servicio de quien tiene el poder económico y político, quienes se irán dejando un pueblo en el peor de los desastres y que por lo mismo, le dio la espalda y lo desprecia como gobernante y como persona. Reciban la profesora Guadalupe Orona, el Comité Estatal, Domingo Ortega y todos los antorchistas de Hidalgo, la solidaridad y el respaldo del antorchismo queretano.
@jgurrolag1