Por: Margarita Sánchez.
El 70% de las mexicanas ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida y 50.000 han sido agredidas físicamente desde 2018 en una lacra que no da tregua.
Ariadna López fue a un bar con sus amigos y al día siguiente estaba muerta. Lidia Gabriela Gómez estaba siendo secuestrada en un taxi y murió al caer por la ventanilla cuando pedía auxilio. Mónica Citlalli Díaz no llegó a la escuela donde era profesora de inglés y su cuerpo apareció tirado en una carretera seis días después.
Los últimos casos de feminicidios que han conmocionado a México son sólo la punta de un iceberg inmenso de agresiones a las mujeres. Son 17.776 asesinadas desde 2018, más de 3.500 cada año, 300 al mes, 10 al día. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 70% de las mexicanas ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida.
Cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y las instituciones mexicanas hacen balance y lanzan mensajes de concientización para una lacra que no da tregua, sin embargo, es un tema al que debería de darse importancia los 365 días del año, y muchas personas no muestran la preocupación requerida.
La radiografía de violencia contra las mujeres en México es desoladora. De los últimos datos desagregados por género del Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que aglutina las denuncias presentadas en las Fiscalías de los 32 Estados, desprende que en los primeros nueve meses de 2022, 2.831 mujeres han muerto de forma violenta, 50.000 fueron agredidas físicamente, casi 2.000 fueron violadas, 497 fueron víctimas de trata, 120 fueron secuestradas y 258.700 hicieron llamadas al servicio de emergencia por estar siendo violentadas.
Estos datos lejos de descender siguen incrementando conforme pasan los años. Por ejemplo, en 2018 se registraron 898 feminicidios y fueron 80 más en 2021: 978. Hasta septiembre de 2022 las víctimas de trata ya son un 75% más que las de todo 2018. Los delitos de violencia familiar se dispararon durante los meses de la pandemia, pasando de 210.000 en 2019 a 253.700 en 2021. En el mes de mayo del 2022, se registró el pico más alto de violaciones, denuncias por violencia de género y familiar, así como llamadas de emergencia por abuso sexual de los últimos cinco años.
La situación no es la misma en todas las entidades del país. En todos los delitos contra las mujeres, en el Estado de México se obtuvieron las peores cifras, en esta se registraron 120 feminicidios en el 2022, más del doble de los que se investigaron en la vecina Ciudad de México, donde hubo 54. En términos absolutos le sigue Nuevo León con 81 feminicidios y Veracruz con 60. Sin embargo, según la población, el mayor porcentaje de feminicidios se lo lleva Colima, con una tasa de 3,69 por cada 100.000 habitantes.
Hay 100 municipios del país que concentran el 60% de feminicidios, aunque solo supongan el 40% de la población. Cuatro de los 10 primeros están en la zona metropolitana de Monterrey, como son la capital, Juárez, Guadalupe y Escobedo. Y es también un municipio neoleonés, Ciénega de las Flores, el que tiene la mayor tasa de feminicidios según la población de todo el país: 27 asesinadas para una población de 26.000 habitantes, es decir, ese pequeño pueblo acumula más víctimas que toda Baja California Sur, San Luis Potosí o Yucatán. El Estado norteño ya protagonizó a principios del pasado 2022 una de las crisis de desaparecidas más sonadas del país y uno de los nombres que puso cara al terror, Debanhi Escobar, quien fue encontrada sin vida en Escobedo, y de quien hasta la fecha todavía no hay detenidos por su muerte. La cifra de impunidad se repite sin cesar en cada Estado y llega al 95%.
El feminicidio es la última expresión de la violencia machista. Entendido como el asesinato por razones de género, las Fiscalías están obligadas a investigar como feminicidios las muertes violentas de mujeres, sin embargo a efectos prácticos apenas el 30% de estos crímenes son clasificados como tal. Por ejemplo, hasta septiembre de 2022, la Secretaría de Seguridad contabilizaba 695 feminicidios y 2.136 homicidios dolosos, es decir, intencionados.
Pero antes de llegar al asesinato las mujeres sufren una escalada de agresiones previas que, van subiendo de intensidad como termómetro. Centrada en esa violencia no mortal, el INEGI recuperó que una de cada dos mexicanas, mayores de 15 años, ha sufrido violencia psicológica y el mismo porcentaje ha vivido algún ataque sexual. Los principales entornos de estas violencias son en el ámbito comunitario (45,6%) y en el de la pareja (40%), según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del 2021.
La mayoría de esas mujeres no le contó a nadie, especialmente si lo sufrían a manos de su pareja sentimental, y aún son menos las que denunciaron o solicitaron apoyo a alguna institución. El silencio es abrumador: el 90% de las mujeres que sufrió violencia escolar, laboral, comunitaria, familiar o de su pareja no presentó una denuncia. De acuerdo al INEGI, en números hay 48 millones de mexicanas mayores de 15 años que sufrieron violencia física o sexual y no dijeron nada, las pocas que lo hicieron buscaron ayuda en el Instituto de la Mujer, la Defensoría Pública y en el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Los motivos van desde considerar que el tema no es tan grave, tener miedo de las consecuencias de denunciar o por vergüenza.