Por Andrea Peña
Rusia considera que el suministro por parte de Estados Unidos (EU) de bombas de racimo a Ucrania, es otro paso hacia una nueva guerra mundial, mientras que recordó que en el pasado, Washington dijo que el uso de estos artefactos explosivos “es un crimen de guerra”.
En su cuenta de Telegram de la embajada de Rusia en EU, el embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov puntualizó que,”Washington continúa aumentando las apuestas en el conflicto (…). La profunda participación de Estados Unidos en el conflicto de Ucrania, incluso sin municiones de racimo, nunca ha estado en duda”.
Recalcó que EU “está tan obsesionado con la idea de derrotar a Rusia que no se da cuenta de la gravedad de sus acciones”.
A su juicio, con la ayuda militar que presta la Casa Blanca a Ucrania “sólo provocan más bajas y prolongan la agonía del régimen de Kiev”.
A su vez, la vocera del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, recordó en su propio canal de Telegram las palabras de la ex secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien habría dicho el 28 de febrero de 2022 que el uso de bombas de racimo “es un crimen de guerra”.
En su opinión, las bombas de racimo “son un gesto de desesperación” y el suministro de EU de las mismas a Ucrania “hablan de la impotencia” de los socios occidentales de Kiev sobre la marcha de la guerra, que hoy cumple 500 días.