Tláloc contra Kuri
Por. Karla Rosillo
Robert Greene, en Las 33 estrategias de la guerra, lanza una advertencia que parece escrita para tiempos políticos: Aprovecha la agitación para atacar. (Ley 24) “Cuando hay confusión, rumores, desorganización… es el momento perfecto para golpear porque el enemigo no está preparado ni puede reaccionar de forma coordinada.”
Y si algo saben hacer bien muchos simpatizantes de MORENA —y algunos de sus líderes— es justo eso: agitar el avispero.
Ahí está el ejemplo más reciente: la obra de 5 de Febrero en la capital. Bastaron las primeras lluvias para que el tránsito se hiciera pedazos y las redes sociales se inundaran (literal y figurativamente) de reclamos. Porque, al parecer, esa obra “funciona a medias” o simplemente no funciona cuando llueve.
¿Resultado? Los morenistas aprovechan el momento para meter el dedo en la llaga. Es su chamba como oposición, lo sabemos. ¡Y vaya que se lucen!.
Ahora, no se trata de defender lo indefendible. Pero también hay que decirlo: las inundaciones en Querétaro no son novedad. Ahí están 5 de Febrero, Bernardo Quintana, Pasteur Sur, Tecnológico esquina Zaragoza, Cimatario, Carretas, Universidad cuando el río crece, Álamos, Plaza del Parque…
Esto no empezó ayer. Y sí, la población crece a un ritmo brutal y eso complica más cualquier obra.
Así que seamos brutalmente honestos: Querétaro lleva años sufriendo con las inundaciones, solo que ahora las cosas se han agravado. La obra de 5 de Febrero nació para dar mayor fluidez al tránsito, aunque seamos sinceros, Querétaro ya es un caos vial a cualquier hora.
Mientras tanto, MORENA sigue explotando las inclemencias naturales, como si esperara que el Dios Mauricio Kuri se suba a un templete y grite: “¡Alto a la lluvia!” …Y no, no tenemos un dios todopoderoso en la casa de la Corregidora.
El Gobernador defiende su obra como puede, aunque a estas alturas parece que defiende más pretextos que resultados. Si realmente quiere dejar huella, debe empezar a poner sanciones ejemplares a contratistas (suponiendo que no sean de su círculo cercano). Querétaro ya está hasta la madre de obras costosas e ineficientes.
Muchos ciudadanos están enojados —con justa razón—, pero también conscientes de que el problema de las inundaciones no es nuevo. No se trata de normalizarlo, sino de reconocerlo y exigir soluciones reales.
Así que Entre el Diablo y la Política… ¿usted quién cree que pare la lluvia: El Dios Tláloc o el Dios Kuri?