Por Karla Rosillo
Uno de los temas más controversiales en la agenda laboral reciente es la reducción de la jornada laboral a 40 horas, una iniciativa que está en proceso de análisis e implementación a lo largo y ancho del país. Como era de esperarse, los más renuentes a este cambio son —en su mayoría— los empresarios.
¿Pero en qué consiste exactamente?
Se propone modificar la Ley Federal del Trabajo para reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas. En la práctica, esto significaría trabajar ocho horas al día durante cinco días, con dos días de descanso obligatorios. El objetivo principal: mejorar la calidad de vida de los empleados y alinearse con estándares internacionales. Vale la pena recordar que, según datos de la OCDE, México, Costa Rica y Corea del Sur encabezan la lista de países con más horas trabajadas al año.
Como todo, este debate tiene dos visiones legítimas y válidas. En esta primera entrega me enfocaré en el lado de los trabajadores.
En 2018, si usted recuerda, también se anunció un cambio “importante” en materia laboral: la implementación de la NOM-035, creada para identificar y prevenir factores de riesgo psicosocial en los centros de trabajo. Su propósito era claro: proteger la salud mental y física de los empleados. Sin embargo, hasta hoy no existe una estadística oficial sólida por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Sólo se estima que para 2023, apenas el 32% de las empresas habían cumplido completamente con la norma. Y si no se supervisa su aplicación, es como detectar una enfermedad… y no tratarla.
¿Por qué menciono la NOM-035? Porque es necesario que los empresarios comprendan las necesidades reales de sus trabajadores. El descanso no es solo físico; implica una desconexión auténtica, no una “pausa activa” mientras sigues revisando correos. Pero también hay que decirlo: esta responsabilidad es compartida. Los trabajadores deben aprender a desconectarse sin culpa, sin ansiedad y, sobre todo, sin romantizar la cultura del sacrificio.
Y, por favor, eliminemos ya de las ofertas laborales esa joya del siglo pasado que dice “trabajo bajo presión” como si fuera una medalla.
Según una encuesta del Observatorio de Factores Psicosociales y Bienestar Organizacional (OFAPBIO) en 2021, los tres factores que más afectan la salud mental de los mexicanos en el trabajo son:
Falta de control sobre sus funciones (43%)
Jornada laboral extensa (35%)
Malos liderazgos (32%)
Reducir la jornada no es una solución mágica.
Pero puede ser un buen punto de partida. Lo que realmente necesitamos es una transformación en la cultura laboral: educarnos en productividad real, trabajar por objetivos, fomentar equipos interdisciplinarios, y dejar de premiar al que se queda más tarde solo por estar sentado frente a una pantalla.