Informes sin público y sin aplausos
En Querétaro entramos a la temporada de informes de gobierno, y resulta que tanto Mauricio Kuri como su grupo de presidentes municipales —Chepe Guerrero, Felifer Macías, Roberto Cabrera, Rodrigo Monsalvo y Jairo Morales— decidieron no realizar el famoso evento de “mensaje ciudadano”.
La línea fue clara: nada de foros, nada de discursos, nada de shows. La justificación oficial: redirigir recursos a obra o programas sociales.
Y ojo, la iniciativa no suena mal. A final de cuentas, el informe escrito se tiene que entregar de todos modos, y los eventos masivos suelen costar una fortuna para que, al final, solo unos cuantos escuchen lo que ya estaba en el boletín. En los municipios, por ejemplo, el ahorro ronda un millón y medio de pesos por cada evento que no se hace. ¿Y en el gobierno estatal? Bueno, ahí mejor ni hablamos de la cifra.
¿Austeridad o estrategia política?
Lo cierto es que, más allá de la buena acción “solidaria”, hay que decirlo: estos informes públicos siempre fueron un gasto innecesario. Sí, también eran un escaparate político, una vitrina para posicionar nombres y apellidos en la mente ciudadana, y de paso presumir la obra que, como cada año, lleva sello y firma.
La pregunta de fondo es: ¿qué tanto la ciudadanía aplaude esta decisión? Porque si bien se ahorra el espectáculo, también se pierde el mensaje directo y la posibilidad de que la gente contraste lo dicho frente a frente. Queda la duda: ¿realmente esos recursos llegan a donde dijeron que llegarían?
La lupa en el Congreso
Ahora viene la parte interesante: el gobernador entrega su informe al Congreso, y serán los legisladores quienes lo revisen con lupa. Morena tiene mayoría simple en la legislatura y, siendo oposición en Querétaro, no dejará pasar la oportunidad de señalar inconsistencias.
Viene la glosa del informe, donde a cada secretario le tocará responder sobre el destino de su presupuesto. Más les vale llevar las respuestas bien ensayadas, porque la lupa estará puesta y el margen de error es mínimo.
El eterno 5 de Febrero
Al final, el informe será recordado por una sola obra: el eterno 5 de Febrero, vitrina y emblema de este sexenio. El resto quedará en el archivo legislativo… y en la memoria de quienes se tomen el tiempo de leer más allá de la propaganda.
Entre el diablo y la política… usted qué cree:
¿los informes sin aplausos son austeridad real o pura estrategia para quedar bien?