El Batán, Morena y el juego de las sillas
Por. Karla Rosillo
Morena —o por lo menos una fracción de sus diputados en la legislatura local— ya anunció que se opondrá al proyecto “Sistema Batán”. Y lo dejaron claro, aunque a mí me parece que más que defender el agua, están midiendo fuerzas dentro de su propio partido.
Entre los que ya se declararon en contra están Homero Barrera McDonald, Sully Mauricio, Ulises Gómez de la Rosa y Sinuhé Piedragil. No solo dieron sus razones: también organizaron un “foro ciudadano” para hablar de las implicaciones del proyecto. Y eso está bien, porque toda propuesta novedosa genera resistencias, y esas son válidas… lo he dicho antes: la preocupación es genuina y no solo de la oposición. Al final, todos pensamos lo mismo: ¿será que el agua del Batán será realmente potable? Por supuesto que la ciudadanía se lo pregunta.
Pero el tema ya se politizó. La realidad es que algo hay que hacer para preservar el agua —ese recurso no renovable que nos hemos acabado, no solo en Querétaro, sino en el mundo entero—. ¿Es el Sistema Batán la mejor opción? No lo sabemos. Lo que sí es claro es qué medidas se necesitan, y deberían ser las mejores.
A Morena no le alcanzarán los votos para frenar el proyecto de Mauricio Kuri. Todavía no logran convencer a otros de sus legisladores que, dicho sea de paso, tienen una relación cordial con el mandatario estatal. Y hay que decirlo: el PAN ha hecho su tarea, negociando incluso con diputados de otros colores para que el proyecto pase.
Desde mi punto de vista, el grupo de Piedragil quiere evidenciar quiénes de Morena o aliados se atreverán a votar a favor. Y de paso, presentaron un Plan de Austeridad. Muy bien, porque dicen que el buen juez por su casa empieza. Pero parece que olvidan que los ingresos del estado dependen también de la federación, y ahí Querétaro ha sido duramente castigado con recortes.
Aun así, el estado ha mantenido buenos resultados en educación, salud y seguridad. Lo irónico es que, mientras Claudia Sheinbaum recorta recursos a educación, ciencia y tecnología, Querétaro pasó del décimo lugar en escolaridad al segundo, solo detrás de la Ciudad de México.
Planear la austeridad está bien… siempre que no se toque lo más importante: la salud y la educación. Como decía mi abuelo Rubén: “Teniendo salud, lo demás lo arreglamos en el camino”.
¿Y usted qué dice? Entre el diablo y la política… ¿Se bebe o no se bebe el agua del Batán?