Por Claudio Osornio
“Gélida despedida para Marcos Aguilar”
Con la bandera enredada y en franca retirada el alcalde Capitalino Marcos Aguilar Vega, sucumbió a sus propias tentaciones. En sesión de Cabildo, se autorizó un modesto evento de Tercer Informe de Gobierno, muy lejano al que seguramente se imaginó, no hace mucho tiempo.
La determinación tomada por los regidores, incluyendo a los panistas; autoriza al Presidente Municipal de Querétaro a realizar un evento el próximo 31 de julio a las 7:30 de la noche, sólo con invitados especiales y sin presencia masiva de ciudadanos.
Los integrantes de la bancada panista, al interior del Cabildo, sabrán con precisión cual fue en realidad, “la gota que derramó el vaso”; para despedir de esta manera, a uno de los presidentes municipales -por decir lo menos- más controvertidos de los últimos tiempos en la capital del estado. En otras palabras, a Marcos Aguilar le dedicarán una “gélida despedida”.
Y es que a unos días para que termine su paso como alcalde de Querétaro, Marcos Aguilar es la fórmula exacta, para explicar cómo un “candidato exitoso”, terminó por dilapidar todo su capital político en tan sólo 3 años.
Para propios y extraños Marcos Aguilar saldrá por la puerta que entró, pero muy alejado del jolgorio con el que llegó. Ahora sin hacer “mucho ruido”, con amplias derrotas sociales a cuestas y pírricas victorias políticas, que presumir.
Algunos de sus cercanos dirán que su posición como diputado federal plurinominal, le dará cierta relevancia política y quizás sea cierto, sobre todo al interior de su partido político, ante la eventual pugna que habrán de librar “anayistas y calderonistas”.
Pero, sin temor a cometer un exabrupto, hacia afuera -de cara al electorado- estamos presenciando el ocaso de una carrera política, que en su tiempo no hay que olvidarlo, semblanteó la posibilidad de arribar a la casa de la Corregidora.
La realidad hoy en día en la capital Queretana, es muy diferente. Un municipio convulsionado socialmente, con un electorado dividido y con ánimos de revancha es sólo la prueba de que el trienio que está por concluir, no resultó positivo ni para el PAN y mucho menos para Marcos Aguilar.
A pesar del sofocón, con mucho esfuerzo y pulmón, Luis Bernardo Nava dio batalla y alcanzó a revertir la situación. A pesar de que la diferencia es mínima, todo parece indicar que el resultado no variará y Nava será alcalde. Sin embargo el daño está hecho.
Es cierto que en 3 años muchas cosas pueden cambiar. Sobre todo si se toma literal la frase de batalla que dice “el pueblo que olvida su historia, está condenado a repetirla”. Mientras ese pasado siga siendo presente no se podrá hacer nada.
Pero una vez instalados en ese futuro incierto pero inevitable, lo último que se espera es que se repitan los mismos errores. Hay que entender que en la vida, no hay nada más peligroso, que luchar día a día, con un “campeón sin corona”. Ese es el paquete que le heredaron a Luis Bernardo Nava.
Así las cosas, nos leemos en la próxima entrega…