*Incongruencia y falta de autoridad moral*
Por Jerónimo Gurrola Grave
No creo que haya quien pueda acusarme con argumentos, de ser “palero” del gobernador o de su partido. Mis hechos demuestran que estoy del lado de la legalidad y la justicia y en favor de la gente más desprotegida y manipulada. Eso me autoriza a opinar en relación a algunos temas que considero necesario.
Viene esto porque en la última semana visitaron a Querétaro dos conocidos personajes de la política morenista: Gerardo Fernández Noroña, Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, y la Secretaria de Gobernación Federal, Luisa María Alcalde, Presidenta Nacional de Morena.
El primero, además de alentar a sus seguidores y a los militantes de su alianza: Morena, PVEM, PT, según expresó en una rueda de prensa, vino a un encuentro con el secretario de gobierno estatal, Eric Gudiño Torres, para, haciendo a un lado diferencias de carácter político, buscar un acercamiento con el Gobernador Kuri, para resolver problemas de la ciudadanía como el proyecto de El Batán, porque a decir suyo, los panistas tienen los días contados.
En la rueda de prensa, el senador se dio tiempo para despotricar como es su costumbre, lo mismo a funcionarios municipales, estatales, que a periodistas, con su lenguaje muy propio, pero poco adecuado para un Presidente del Senado de la República, llamándolos, además de racistas y clasistas, “culebras”, “cabrones”, “siameses”, “aceitados”, etcétera, lo que le mereció al final, una rechifla de algunos comenzales de los restaurantes y transeuntes que circulaban por la plaza.
La Presidenta de Morena, en un evento de su partido, mencionó que no se atienden los problemas de corrupción, opacidad y transparencia, señalando que dos propiedades del gobernador no fueronn informadas en su declaración patrimonial, exigiendo apertura, ya que la vida pública debe ser cada vez más pública pues, los queretanos están hartos de la corrupción y negocios. Destacó igualmente que en el tema del agua, las administraciones pasadas han sido un nido de corrupción.
Particularmente, más allá del lenguaje florido, grosero y corriente, propio de un “carretonero”, de Fernández Noroña, y la presidenta de Morena tienen razón y mucha, en exigir limpieza, transparencia y rendición de cuentas en todos los proyectos que emprendan los gobiernos, porque efectivamente, son recursos públicos, y se le debe rendir cuentas al pueblo.
Sin embargo, con el respeto que me merecen los morenistas, sencillos y honestos, convencidos de que su partido es la solución para acabar con la pobreza y la desigualdad, varios de ellos conocidos y amigos, ni Noroña, ni Luisa María Alcalde tienen razón. Lo saben y precisamente porque lo saben, están cometiendo una perversidad del tamaño del mundo.
Acusan a todos los políticos y gobiernos opositores, de opacidad, nepotismo, corrupción, etcétera, y seguramente en muchos casos tienen razón, pero ¿y ellos? ¿Por qué, o cómo lo saben? La respuesta es clara. No son lo mismo, pero son peores aunque lo nieguen. Ejemplos sobran.
El crímen y la delincuencia se a multiplicado, el huachicol, por miles y miles de litros circula en buques y por ferrocarril, el gobernador de Sinaloa es señalado de vínculos con el narco, Adán Augusto, “hermano” de López Obrador, de ser dueño de “la barredora”, Ignacio Ovalle “desaparece” más de 17 mil millones de pesos de Segalmex, etcétera.
Son los mismos que cometieron crímenes, robos, extorsiones, tranzas, opacidad, nepotismo, y se asustan de todos los delitos que antes cometieron, teniendo a México en el desastre. Morena es una podredumbre de origen.